Entre grandes carreteras y autopistas, cada pocos kilómetros se encuentra en España un pueblo de pequeñas dimensiones e imponente belleza. El paso del tiempo podría haber hecho que cayera en el olvido, pero nada más lejos de la realidad, ha sido precisamente esto, el boca a boca y el turismo rural lo que lo han salvado de desaparecer. Normalmente hacen las veces de localidades dormitorio, remansos de paz o vías de escape cuando queremos escapar de la rutina.

España cuenta con infinidad de pueblos y muy distintos. La característica principal de estos municipios suele ser, precisamente, su escasa población, a veces casi inexistente. ElPlural.com sabe de la importancia de los pueblos en nuestro país y por eso desde el comienzo de su andadura y con más fuerza en las últimas semanas, trata de recuperar algunos que se caractericen por aspectos concretos: situación geográfica, belleza, curiosidades… Sin embargo, las siguientes líneas se refieren a esos lugares escondidos, por los que bien podrías pasar por ellos casi sin darte cuenta -lo cual sería una lástima-. Lo mejor, más allá del paisaje que se dibuja a su alrededor, es que pueden visitarse en una escapada rápida, por lo que no hace falta que emplees varios días si vives cerca de alguno de ellos. Si vives lejos, puedes igualmente darte una vuelta por ellos cuando acudas a alguna ciudad grande.

Bandujo (Asturias)

No se puede hacer una lista de los pueblos más escondidos sin tener en cuenta el norte del país, una zona que muchas veces parece sacada de otro mundo, siempre en el mejor sentido de la palabra. Con este pretexto, nos quedamos en Bandujo, uno de los pueblos más bonitos de territorio astur. Se trata de una aldea situada a 700 metros de altitud sobre, literalmente, una ladera de montaña, y que tiene apenas 40 habitantes.

Su historia no deja de ser llamativa, dado que su origen se remonta al siglo VIII, pero su arquitectura está casi intacta. Lo más especial de este lugar son sus vistas. Pura naturaleza en la que también destaca algún que otro monumento como su Palacio, la Torre de Bandujo o la Iglesias se Santa María del siglo X. Pero Bandujo es, sobre y ante todo, una vuelta al pasado y a la historia rural de nuestro país: sus hórreos (especie de apartamento destinado a guardar los alimentos lejos de la humedad) y su lavadero son solo una prueba de ello.

Bandujo

Torla (Aragón)

Ubicada en la parte baja del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Torla destaca por su arquitectura pirenaica. Hoy en día esconde tranquilidad, pero hubo un día en el que no fue así, ya que, como otras zonas de nuestro país, fue reconstruido tras la Guerra Civil. Es todo un ejemplo de pueblo en el sentido más amplio de la definición, con sus casitas con chimenea, edificios de piedra, aunque también otras señoriales como la Casa Viú o la Oliván.

Torla

 

San Martín de Trevejo (Cáceres)

Situado en la sierra de Gata, junto a la Raya de Portugal, hay muchos pueblos que pasan desapercibidos debido, no solo a la ubicación, sino a la topografía de la zona. Y es una auténtica pena. Por eso esta lista incluye San Martín de Trevejo que, localizado a los pies de la montaña del Jálama y de apenas 800 habitantes, lleva años casi desconectado del mundo. Lo más curioso de este enclave es que ha conservado su propia lengua (A Fala), que se habla también en Elijas y Valverde y cuyo origen no está muy claro, pues hay quienes la sitúan  en los gallegos de la Edad Media y los hay que dicen que se trata de una deformación del portugués.

San Martín de Trevejo

Peñalba de Santiago (León)

Esta localidad es la más significativa del llamado valle del Silencio, a los pies de los montes Aquilanos y ubicado en la comarca de El Bierzo. El nombre de la ubicación nos da una pista de la tranquilidad del sitio, pero más allá de ello, Peñalba de Santiago esconde una historia digna de mención, y es que este valle alejado del ruido debe su título a la presencia de varios santos ermitaños que se refugiaron en el valle, dando después lugar a un monasterio que en la actualidad es la iglesia de Santiago el Mayor, una increíble arquitectura mozárabe del siglo X. Para que la tranquilidad sea plena, los coches están obligados a aparcar fuera del burgo. Además, el paisaje que se dibuja es ideal para los amantes del senderismo, ya que destaca una ruta que en hora y media conduce desde Peñalba a la cueva de San Genadio, donde se pueden descubrir los orígenes del valle. 

Peñalba de Santiago

Setenil de las Bodegas (Cádiz)

En algunos artículos, ElPlural.com ya ha hecho referencia a este lugar, pero es que no deja de ser llamativo al tratarse de un pueblo que está bajo una roca. Forma parte de la Ruta de los Pueblos Blancos. A modo de curiosidad, sus particulares viviendas han dado a ser escenario de la serie de Curro Jiménez, pero el sitio cuenta con muchos más lugares de interés pese a sus dimensiones. La calle Cueva de la Sombra, sus miradores como el Mirador del Carmen, la plaza Andalucía o la Ermita de San Benito son solo algunas de ellas.

Setenil de las Bodegas