Los espaguetis al ajillo es una de esas recetas de cocina que no podrían ser más fáciles: solo necesitarás pasta, ajo, aceite y poco más. Sin embargo, conseguir que quede en su punto tiene su secreto. Hecho de manera incorrecta, el resultado puede ser pesado, grasiento o con el ajo amargo.

Pero con el método adecuado, se transforma en una pasta ligera, dorada y aromática, como las que se sirven en las trattorias italianas.

La chef Cristina Mesquita, del canal Receitas da Cris, explica el paso clave para lograrlo: no empezar con el aceite caliente. El truco está en dejar que el ajo y el aceite se calienten juntos lentamente. De esa forma, el aceite absorbe todo el sabor del ajo sin llegar a quemarlo.

Espaguetis y aceite de oliva

El paso que marca la diferencia en la receta de espaguetis al ajillo

Cuando las láminas de ajo comienzan a dorarse suavemente, es momento de añadir una concha del agua de cocción de la pasta. Este líquido, lleno de almidón, se mezcla con el aceite y forma una emulsión ligera que envuelve la pasta y le da brillo y cuerpo.

Después, se incorpora la pasta escurrida —preferiblemente espagueti— y se mezcla hasta que quede bien integrada en la salsa. Solo entonces se añade sal, perejil picado y una pizca de pimienta. El resultado es una pasta con sabor intenso y una textura suave, sin exceso de grasa.

Espaguetis al ajillola receta de pasta fácil y rápida

La receta básica del auténtico al ajillo

Para prepararlo, se recomienda usar unos 500 gramos de pasta, 10 a 12 dientes de ajo laminados y media taza de aceite de oliva virgen extra. El toque final lo da el perejil fresco y el equilibrio justo de sal.

El secreto, más allá de los ingredientes, está en la temperatura y el ritmo del cocinado. Calentar el ajo y el aceite a la vez evita que el ajo se queme y le da al plato un sabor más redondo. La adición del agua del cocido es el detalle que convierte un plato simple en una receta digna de un restaurante italiano.

Una técnica sencilla, pero infalible

El verdadero espagueti al ajillo no necesita trucos complicados ni ingredientes exóticos. Solo atención al fuego y respeto por el tiempo. Como resume el propio Oliver, “la clave está en dejar que el aceite y el ajo se entiendan antes de que el calor lo arruine”.

Así, un plato de tres ingredientes se convierte en una receta equilibrada, con el punto justo de sabor y la ligereza que caracteriza a la cocina italiana.

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