Es una escena habitual en muchas cocinas: tras un descuido de apenas unos segundos, el agua comienza a burbujear de forma descontrolada y se derrama por los bordes de la olla, dejando una capa pegajosa sobre la encimera o la vitrocerámica. Esto suele ocurrir al hervir alimentos como pasta, arroz, leche o avena.

Ante esta situación, muchas personas recurren a un truco que ha circulado ampliamente en redes sociales: colocar una cuchara de madera sobre la olla en ebullición. Pero, ¿funciona realmente? Según Jay Deagon y Gemma Mann, profesores titulares de CQUniversity Australia, la técnica tiene fundamento, aunque sus efectos no son duraderos. En una explicación publicada por la universidad, los especialistas detallan qué hay detrás del fenómeno del desbordamiento y por qué una simple cuchara puede marcar la diferencia, aunque solo por un tiempo.

¿Por qué se desbordan las ollas?

En primer lugar, explican que una olla con agua pura en ebullición no suele desbordarse. El problema aparece cuando se incorporan ingredientes como arroz, leche o pasta. Estos alimentos contienen almidones o proteínas que alteran el comportamiento del agua al calentarse. En el caso de la pasta o las gachas, el almidón se dispersa en el líquido y forma una solución espesa que, al hervir, genera burbujas recubiertas por una sustancia gelatinosa. Esta capa impide que el vapor escape con facilidad, lo que hace que las burbujas se acumulen y asciendan por las paredes del recipiente.

Con la leche ocurre algo similar, pero con una particularidad: la proteína llamada caseína forma una película superficial al calentarse, como una especie de “piel” resistente. Esta capa también atrapa vapor y favorece el desbordamiento. Tanto el almidón como la caseína se comportan como coloides, es decir, no se disuelven completamente en el agua, lo que contribuye a la formación de estas burbujas más persistentes.

La solución: una cuchara de madera

En este contexto, la cuchara de madera puede actuar como una barrera temporal. Al ser porosa y tener una temperatura más baja que el líquido hirviendo, ayuda a romper las burbujas antes de que lleguen al borde de la olla. La madera funciona, en cierto modo, como una esponja seca: al contacto con las burbujas, permite que el aire escape y evita que sigan creciendo. Sin embargo, una vez que la cuchara se calienta y se humedece, pierde su capacidad de enfriar y su efectividad disminuye notablemente.

“Este truco solo ayuda a retrasar el desbordamiento, pero no lo evita por completo”, aclaran Deagon y Mann. Como alternativa, recomiendan remover frecuentemente el contenido o generar movimiento con una cuchara, lo que dificulta la formación de burbujas persistentes. Aun así, insisten en que la mejor medida es la prevención: utilizar una olla lo suficientemente grande, controlar la intensidad del fuego y, sobre todo, no perder de vista lo que se cocina.

En definitiva, más allá de los trucos caseros, estar presente y atento en la cocina sigue siendo la estrategia más eficaz para evitar pequeños accidentes domésticos.

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