Las llamas cercan a Andalucía y retratan la acción de su presidente, Juanma Moreno Bonilla. Desde la oposición y el Gobierno central han focalizado sus críticas en torno a la figura del jefe del Ejecutivo regional, a quien le reprochan que se haya resguardado en sus redes sociales – sólo se ha pronunciado a través de ellas -en periodo vacacional mientras su autonomía arde. Una crisis que arrancó con el incidente en la Mezquita de Córdoba y que se ha sucedido con nuevos incendios en Tarifa, Zahara de los Atunes y Huelva que dejan al descubierto años de recortes en materia de prevención de incendios, dejando estos planes o estrategias absolutamente desfasadas. Entre tanto, el presidente conservador tan sólo se asoma al balcón de la realidad andaluza desde la pantalla de su teléfono móvil, entre acusaciones de “inacción” y “negligencia” por parte de la oposición socialista.

Para el PSOE-A, Moreno Bonilla no hace sino proyectar la imagen de un presidente regional desconectado de la realidad en una crisis sin precedentes en su territorio. Mientras los efectivos desplegados en las zonas incendiadas trabajan sin descanso en las labores de extinción de las llamas, la guerra política transcurre en plena efervescencia, con una oposición al Gobierno de la Junta, azuzada desde Madrid por el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, que blande la espada de la denuncia por la “inacción” del jefe del Ejecutivo regional en un ejercicio que incluso catalogan como “negligente” y que destila “falta de sensibilidad y gestión eficaz” ante la crisis del fuego.

Moreno Bonilla ha presumido de “buena gestión” en las últimas horas, incluso, a través de sus perfiles en redes sociales, ha dado cuenta de una conversación telefónica con Felipe VI para tratar la gravedad de los acontecimientos. Pero más allá de los caracteres de X – antes Twitter – no hay mucho más. Al menos así lo sienten los cuadros socialistas en Andalucía, preocupados por que el patrón que ha ocurrido en otras autonomías – como Castilla y León o Madrid, con sus líderes en Cádiz y Miami respectivamente – se repita en su tierra.

La gestión del fuego

Córdoba fue uno de los puntos de máximo interés político durante el fin de semana. El incendio de la Mezquita condujo a Moreno Bonilla en el disparadero y las averiguaciones posteriores, además de reavivar el debate de la titularidad del histórico enclave, se ha puesto en cuestión la capacidad de gestión de crisis del propio dirigente conservador. De hecho, la portavoz de Cultura del Grupo Socialista en el Parlamento Andaluz, Isabel Ambrosio, denunció la “ausencia” de Moreno Bonilla y recordó que la UNESCO advirtió a la Junta de posibles riesgos.

Moreno Bonilla no hizo absolutamente nada para evitarlo”, subrayó la parlamentaria del PSOE-A, que señalaba directamente al Ejecutivo andaluz por intentar minimizar el impacto del incidente, así como las causas y consecuencias del incendio cerrando la investigación de manera precipitada. La socialista entiende que el siniestro no se debió a causas naturales y apunta a una “negligencia administrativa” que deja en evidencia la falta de prevención y supervisión por parte de la Junta de Andalucía.

Posteriormente, en Tarifa, las llamas y su rápida expansión obligaron a desalojar a cerca de un millar de personas en Atlanterra y Los Alemanes. Desde el Gobierno andaluz aseguraron deliberadamente que el incendio fue “intencionado”, describiéndolo como una tentativa de provocar una catástrofe y dejando a la Junta al borde de la claudicación ante la falta de compromiso con los servicios y la protección civil. De ahí se extraen las críticas que representantes locales de la oposición exponen contra el Gobierno popular, percutiendo en la escasa coordinación con los servicios de extinción de las llamas, la carestía de recurso y el liderazgo ausente en momentos críticos.

Mientras el fuego avanza, los ciudadanos demandan gestión, previsión y sensibilidad, elementos que, según los socialistas, han brillado por su ausencia. Los recortes, la privatización de servicios y la desviación de fondos públicos hacia clínicas privadas son citados como parte de un patrón más amplio de desatención a los servicios esenciales, que se agrava en situaciones de emergencia. La inacción de Moreno Bonilla contrasta con la profesionalización de brigadas y la coordinación con cuerpos de seguridad y protección civil, herramientas que podrían mitigar los efectos de los incendios si se emplearan de forma eficaz y oportuna.

El ‘factor Puente’

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, utilizó sus redes sociales para cuestionar directamente al presidente andaluz. “¿Dónde estará Juanma que no ha aparecido ni por la Mezquita ni por Tarifa?”, escribió en X, anteriormente conocido como Twitter. Puente criticó la falta de presencia del mandatario en los lugares afectados y comparó la distancia con otros dirigentes autonómicos, en un mensaje cargado de ironía ante la pasividad de Moreno Bonilla.

La polémica se agrava por la reciente disputa digital entre Óscar Puente y Alberto Núñez Feijóo, en la que Puente destacó la incapacidad del presidente andaluz para afrontar emergencias, mientras que Feijóo intentaba desviar la atención hacia supuestas críticas del ministro a Castilla y León. En este contexto, Puente insistió: “Si un presidente autonómico de mi partido estuviera de farra mientras su territorio se quema, sería cesado de manera automática”.

En definitiva, mientras los incendios continúan amenazando a miles de andaluces y a uno de los iconos culturales más importantes del país, la imagen de un presidente ausente, de vacaciones y rodeado de propaganda, refuerza la percepción de un Gobierno que prioriza la foto sobre la gestión, y que demuestra, una vez más, la necesidad de liderazgo comprometido, prevención efectiva y atención inmediata a la ciudadanía frente a catástrofes naturales y emergencias.

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