España afronta este verano una ola devastadora de incendios que ha arrasado miles de hectáreas, provocado evacuaciones masivas, heridos y, lamentablemente, algún fallecimiento. Ante esta grave crisis ambiental, se desata un debate público y político candente: ¿deberían Isabel Díaz Ayuso, Juan Manuel Moreno Bonilla y Alfonso Fernández Mañueco renunciar a sus vacaciones y regresar de inmediato para gestionar personalmente la emergencia?
Los efectos del fuego han impactado con gran dureza a diversas comunidades autónomas, con cifras alarmantes que revelan la magnitud de la crisis. En la Comunidad de Madrid, el incendio originado en Tres Cantos se propagó de forma “explosiva”, arrasando más de 2.000 hectáreas en cuestión de horas y obligando a evacuar al menos 180 personas, muchas de las cuales fueron realojadas en centros deportivos habilitados como refugio provisional. El fuego, que alcanzó urbanizaciones como Soto de Viñuelas, Fuente El Fresno y Ciudad el Campo, incluso afectó infraestructuras como la hípica de Tres Cantos, donde murieron caballos, y edificaciones agrícolas y escolares.
Tristemente, la tragedia cobra una vida humana: un hombre de unos 50 años, trabajador de la hípica, falleció tras sufrir quemaduras en el 98% de su cuerpo mientras intentaba rescatar a los animales; fue trasladado en helicóptero al Hospital de La Paz, pero falleció poco después. El éxito de las labores de control ha permitido ya perimetrar el incendio y colocar una situación operativa favorable, aunque la calidad del aire en la zona sigue siendo preocupante.
Por otro lado, en Castilla y León, la situación se agrava en zonas de alto valor patrimonial y ambiental como Las Médulas, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Durante un fin de semana especialmente crítico, nueve incendios activos se cerraron sobre territorios de León y Zamora, obligando a evacuar a más de 1.400 personas de localidades como Carucedo, Orellán, Voces o Montes de Valdueza. Aunque se lograron contener parcialmente algunos frentes durante la mañana, las llamas consiguieron penetrar en el Parque Natural de Las Médulas por la tarde, en medio de una ola de calor intensa y condiciones meteorológicas adversas como tormentas secas y vientos intensos. Ante la creciente emergencia, el Gobierno declaró la fase de preemergencia del Plan Estatal General de Emergencias (PLEGEM) para reforzar la coordinación y comunicación con las comunidades afectadas.
En medio del desastre, las reacciones de los líderes autonómicos del PP han levantado polémica. Isabel Díaz Ayuso se encuentra de vacaciones en Miami mientras el incendio en Tres Cantos se extiende. La presencia de Ayuso fuera del territorio en momentos críticos ha generado críticas virulentas en redes y medios de comunicación, con comentarios como: “Se quema Madrid y Ayuso de vacaciones en Miami”.
Por su parte, Alfonso Fernández Mañueco ha sido duramente cuestionado por estar de vacaciones en Cádiz mientras las llamas amenazaban su comunidad. Su tardía aparición en el operativo, apenas dos días después y ya de noche, cuando Las Médulas ya estaban arrasadas, fue recibida con incredulidad y reproche. Además, el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez‑Quiñones, fue criticado por participar en un evento gastronómico en Asturias cuando León se encontraba en emergencia.
Óscar Puente, ministro de Transportes, no dudó en calificar la actitud de Mañueco de “sinvergüenza”, acusándolo de usar políticamente la emergencia y contrastando la gestión con otras crisis pasadas. Mañueco, por su parte, defendió su actuación, acusando a Puente de frivolizar y defendiendo que, pese a estar de vacaciones, hubo coordinación y respuesta eficaz desde la Junta.
En este contexto, el debate trasciende lo meramente político y toca de lleno la percepción ciudadana sobre el liderazgo en tiempos de crisis. Para algunos, la gestión puede delegarse sin necesidad de que el presidente autonómico esté físicamente presente; para otros, la ausencia en momentos de máxima tensión es un símbolo de desconexión con la realidad que viven los vecinos afectados. Entre la urgencia de apagar las llamas y la imagen de responsabilidad que proyectan sus dirigentes, surge la pregunta que ahora le trasladamos a usted: ¿cree que Isabel Díaz Ayuso, Juan Manuel Moreno Bonilla y Alfonso Fernández Mañueco deberían renunciar a sus vacaciones para centrarse por completo en la crisis de los incendios?
