El diario británico 'Financial Times' ha publicado un artículo dedicado a la ciudad de Ibiza, en el que la recomienda como destino si se busca pasar un fin de semana “muy diferente”.

El periodista que ha escrito el texto señala que para la mayoría de los turistas la isla balear se relaciona de manera inevitable con la fiesta y no suele asociarse con la cultura, la gastronomía y la arquitectura histórica. “Sin embargo, un nuevo y elegante hotel en el corazón de la ciudad ha abierto la puerta a un nuevo tipo de vacaciones en Ibiza que ofrece todo lo último y nada de lo primero: una escapada urbana relajada, para adultos y centrada en la cultura”, explica el autor.

'Financial Times' habla de la ciudad como “una pequeña colina que se eleva bellamente sobre el mar Mediterráneo, coronada por un poderoso castillo y el campanario de paredes planas de una catedral del siglo XIV”.

El autor cuenta que la capital de la isla “ha sido ignorada durante mucho tiempo por los visitantes en favor de los pueblos” más hippies del interior y las localidades turísticas junto al mar.

A pesar de ello, se admite que “el estacionamiento era una pesadilla y las opciones de alojamiento eran muy limitadas”. Pero cabe destacar que esta situación ha cambiado, ya que se han instalado varios hoteles de lujo en las afueras y un parador en la parte más alta de la ciudad (cuya inauguración está programada para el próximo año después de casi dos décadas de trabajos).

Ventajas para este tipo de turismo

El artículo también menciona que desde este verano habrá un nuevo hotel con “una estructura modernista totalmente blanca cuyos balcones imitan sutilmente los de un antiguo edificio de apartamentos español”.

'Financial Times' habla del Passeig de Ibiza como “un paseo elegante que parece una versión en miniatura de Las Ramblas de Barcelona” y destaca que no hace falta coche porque “todo lo interesante está a poca distancia a pie, incluso la costa”.

Entre sus virtudes, menciona “las enormes fortificaciones renacentistas de la ciudad” y resalta que “las calles serpenteantes de casas pintadas de blanco con ropa revoloteando desde sus balcones traen ecos de los ‘pueblos blancos’ de Cádiz o del barrio del Albaicín de Granada”.