El machismo sigue formando parte del ADN del Partido Popular. En una muestra más de la deriva ideológica que sufren los populares, en la sesión plenaria del Senado de este martes se ha vivido un momento vergonzoso cuando un senador del PP ha lanzado un comentario machista a las vicepresidentas del Gobierno de Pedro Sánchez. En concreto, ha sido el senador Vicente Azpitarte, electo por Granada, el que ha acusado a las vicepresidentas de ser unas “groupies” del “peor presidente del Gobierno que ha tenido España en democracia”.

La grave acusación ha sido en la pregunta que el popular ha lanzado sobre los criterios que rigen la elección del presidente de la Agencia EFE. Azpitarte, después de asegurar que son “unos ultras de la libertad y la igualdad” y que trabajan por “una España de ciudadanos libres e iguales”, ha dicho que María Jesús Montero y el resto de vicepresidentas del gobierno son “unas meras groupies del peor presidente de la democracia española”.

Relacionado Un senador del PP llama 'groupies' a las vicepresidentas del Gobierno

El machismo detrás del término

En el vasto universo del rock 'n' roll, el término "groupie" ha sido una palabra tanto controversial como descriptiva, connotando una imagen que ha oscilado entre la admiración desmedida y la crítica inclemente. Este término, que se ha enraizado en la cultura popular, tiene sus raíces en la década de 1960, en el epicentro del fervor de la música y la contracultura.

El concepto de "groupie" emergió durante el apogeo del rock 'n' roll, cuando la música se transformaba en algo más que una simple melodía; se convertía en un movimiento cultural. Estas figuras eran principalmente mujeres jóvenes que seguían a bandas de rock en giras, compartiendo su fervor por la música y, en algunos casos, estableciendo relaciones personales o románticas con los músicos. Esta interacción cercana entre los músicos y estas admiradoras devotas fue el caldo de cultivo para la emergencia del término "groupie".

Aunque aparentemente inocuo, el término "groupie" rápidamente adquirió una connotación negativa, reflejando un juicio moral sobre la conducta de estas seguidoras entusiastas. La sociedad de la época, arraigada en normas conservadoras, a menudo veía con desdén a estas mujeres que desafiaban los roles tradicionales de género y expresaban su sexualidad abiertamente.

Históricamente, el término "groupie" ha estado cargado de estigmatización y desaprobación. Se les tachaba de oportunistas, personas que buscaban fama, dinero o estatus a través de asociaciones con músicos. La sociedad los consideraba como intrusos en la vida privada de los artistas, ignorando muchas veces la pasión y el amor genuino que sentían por la música y por aquellos que la creaban.

La percepción negativa se acentuó a medida que los medios de comunicación y la cultura popular retrataban a las groupies como personas frívolas, desprovistas de autenticidad y motivadas únicamente por el deseo de estar cerca de la fama. Las narrativas dominantes enfatizaban su presunta falta de moralidad y las juzgaban con dureza, desdibujando sus propias historias individuales y su profundo amor por la música.

A pesar de estas connotaciones despectivas, muchas de estas mujeres fueron figuras cruciales en la historia del rock 'n' roll. Algunas se convirtieron en musas, inspirando canciones y contribuyendo de manera significativa a la escena musical. Sin embargo, sus contribuciones rara vez se reconocieron más allá de su asociación con los músicos, lo que perpetuó el estigma asociado con el término "groupie".

Con el tiempo, la percepción de las groupies ha evolucionado en algunos círculos, reconociendo su importancia en la historia del rock y entendiendo su pasión por la música como algo genuino y legítimo. Movimientos feministas y revisiones de la historia han comenzado a arrojar luz sobre estas mujeres, reevaluando su papel y otorgándoles el reconocimiento que durante mucho tiempo les fue negado.

En la actualidad, el término "groupie" sigue siendo utilizado, aunque su significado ha cambiado en cierta medida. A medida que la cultura evoluciona, se ha producido una redefinición del término, separándolo de su connotación puramente despectiva. Se reconoce más ampliamente la pasión de los seguidores devotos de la música, quienes, independientemente de su género, son vistos como amantes genuinos de la industria musical y de los artistas que admiran.