Viajar puede ser una experiencia enriquecedora, pero también implica cambios en los hábitos diarios que, en ocasiones, afectan la salud digestiva. Hinchazón, estreñimiento o diarrea son algunos de los problemas comunes que pueden surgir al estar lejos de casa. Según una entrevista con el dietista registrado Ethan Balk, profesor asociado en la Universidad de Nueva York y director de programas de maestría en Nutrición y Dietética, en Fortune, estos síntomas tienen explicación.

“El simple hecho de viajar puede alterar el funcionamiento gastrointestinal”, señala Balk. El cambio de rutina, el descanso irregular, una hidratación insuficiente y el consumo de alimentos más procesados y bajos en fibra influyen directamente en la salud intestinal. Esto es especialmente frecuente en destinos como Estados Unidos, donde la oferta alimentaria suele ser rica en grasas, azúcares y sal, y pobre en fibra, destaca.

Para reducir el riesgo de molestias estomacales, Balk ofrece una serie de recomendaciones prácticas:

Hidratación constante

Llevar una botella de agua reutilizable y mantenerse bien hidratado es clave, especialmente para prevenir el estreñimiento. Aunque en redes sociales se populariza el uso de electrolitos, Balk considera que en la mayoría de los casos basta con beber agua en cantidad suficiente.

Higiene personal

Lavarse las manos con frecuencia es una medida eficaz para evitar la diarrea del viajero, que puede producirse al ingerir alimentos contaminados o tocarse la cara con las manos sucias. En caso de diarrea, mantenerse hidratado y descansar lo suficiente es fundamental.

Medicación preventiva

Quienes suelen experimentar malestares estomacales pueden beneficiarse de llevar medicamentos de venta libre como antiácidos, antidiarreicos o probióticos. En este último caso, Balk sugiere elegir aquellos con al menos 10.000 millones de cepas bacterianas, y consultar previamente con un profesional de la salud.

Comer con equilibrio y moverse

Disfrutar de la gastronomía local es parte del viaje, pero se recomienda mantener cierto equilibrio: incluir frutas, verduras y cereales integrales, y moderar el consumo de alimentos grasos y azucarados. Además, mantenerse activo durante el trayecto —caminar por el aeropuerto o estirarse durante los vuelos— favorece el tránsito intestinal.

Evita lo que te dicen en redes sociales

Por último, Balk aconseja desconfiar de soluciones de moda en redes sociales, como los suplementos costosos o infusiones milagrosas: “Si algo suena inusual y tiene un precio elevado, probablemente no sirva de mucho”.

Con precauciones simples, es posible cuidar la salud digestiva y disfrutar plenamente del viaje.

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