Ni los propios miembros del PP esconden su ansiedad ante los acontecimientos. Las encuestas los hunden en la miseria e incluso los medios de comunicación (la mayoría son de derechas) les increpan. Alguno de los Ministros económicos no comerán en el Gobierno los turrones, pero eso no es lo importante porque el sustituto seguirá sin rumbo.

El PP está perdido en el desierto en cuanto a la crisis se refiere pero se está aprovechando de ésta para desmantelar todas las políticas sociales existentes.


Mariano Rajoy se encuentra aturdido, pálido e incluso ha perdido un montón de kilos, hasta el punto que su entorno familiar le obligó a hacerse un chequeo la semana pasada, con TACS incluidos, en el Hospital de la Paz. Ese hombre que intentó vender a sus posibles electores que la solución era él frente a Zapatero, pues con su sola llegada a la Moncloa, los mercados se relajarían ha visto que todas sus medidas llevadas a cabo no han servido para calmar a los fondos de inversión, agencias de calificación o bancos, sino que lo único que han conseguido es generar mucho sufrimiento a los ciudadanos. Sufrimiento que no va a servir para nada. Los recortes llevados a cabo no nos van a sacar del pozo.

Rajoy no sabe como manejar la crisis pero lo que sí está haciendo muy bien es desmantelar todos los servicios sociales que se habían conseguido tras muchos años. Porque a Rajoy y sus amigos les gusta lo privado, el negocio (en sanidad, en educación, en cuidados a la tercera edad o dependientes) y eso lo está llevando a cabo fantásticamente.

Y mientras la sociedad vive deprimida, desesperanzada y angustiada por su situación personal y general, ¿qué están haciendo los socialistas?. Dar palos de ciego. Sabemos que su papel es complicado pues cada vez que abren la boca proponiendo algo, el PP les dice que por qué no lo hicieron ellos. Eso es un inconveniente, pero han pasado más de siete meses desde la derrota y es hora de reaccionar.

No dudo que Rubalcaba es responsable y honrado pero necesita un equipo potente y competente para dar un giro radical a la situación del partido. Salvo algunas excepciones en el Grupo Parlamentario su entorno es flojo, ineficaz y en algunos casos impresentable. Aparecen en los medios de comunicación repitiendo como loros cuatro conceptos pero no hay análisis, crítica, alternativas.

El mundo de la izquierda es muy amplio y existen muchas personas competentes que podrían estar ahí, en primera línea, en lugar de refugiarse en la Universidad, Fundaciones o en la empresa pública y privada. “Haberlos hay- los” como las meigas, sólo hay que ir a buscarlos, rescatarlos y no encerrarse en Ferraz con un equipo de mediocres, como si de un bunker se tratase.

Ya es hora de quitarse de encima a los compañeros de facultad, a los trepas, a los que dicen a todo que sí pero no aportan nada. No se está haciendo una buena oposición ni en el Ayuntamiento de Madrid, ni en la Comunidad ni en el Gobierno Central, ni en la Comunidad Valenciana, ni en Castilla- La Mancha o Catalunya...

Ya no sirve el "pasado" debate de Rubalcaba- Chacón. Hay que formar un equipo potente encabezado por un líder (hombre o mujer) que sepa desarrollar un programa socialdemócrata, que sea capaz de explicar a la sociedad que existen otras políticas, otras formas de organizar la sociedad en donde los ciudadanos no sean meros
sufridores sino protagonistas de su propio destino.

Existen otras políticas más allá de Merkel, Monti o Rajoy. Es más, hay otras políticas más allá de las que llevó Zapatero en sus últimos tres años. Hay que volver a beber de los clásicos socialistas en donde el ser humano era el centro de todo, en dónde la ética era un imperativo y la igualad de oportunidades, un objetivo.
Necesitamos un golpe de timón de 180 grados. Los políticos tienen que estar al servicio de la sociedad, trabajar por y para ella y estas afirmaciones que parecen tan elementales, no se están cumpliendo.

Necesitamos una reflexión nacional sobre ética, moralidad, justicia social, solidaridad y ese debate lo tiene que protagonizar un partido socialista con un equipo ejemplar.

¿Y quién puede reconducir la situación?

En estos momentos la única posibilidad es el propio Rubalcaba. ¿Cómo? Buscando a los/las mejores allá donde estén. Ilusionarlos y comprometerlos en un amplio debate donde no solo los militantes puedan opinar, con métodos abiertos y democráticos. Hay que abrir un proceso para rearmar un discurso socialdemócrata en donde todos los ciudadanos que se sientan como tales puedan opinar.

Y si este proceso se lleva bien, estoy segura que saldrán nuevos equipos, nuevas personas que puedan liderar a la izquierda española.
Una izquierda que no claudique ante los poderosos, ante los lobbys, ante los grupos de presión o ante la iglesia, que tenga un programa coherente y realista para poderlo llevar a la práctica y en donde los trepas mediocres vuelvan a sus casas o a sus antiguos trabajos ya que han demostrado que a la sociedad española no les sirven para nada.

Mercè Rivas Torres es periodista y analista político

P.D.En las próximas semanas veremos cómo Esperanza Aguirre quiere intervenir la Universidad Complutense de Madrid. ¿Va a hacer algo la izquierda por defender al actual rector José Carrillo?