¿Cabe una interpretación razonable y positiva para el PSOE andaluz de la citada dimisión? Si así fuere sería muy urgente hacerla pública, aunque el daño ya se ha producido en términos de opinión pública. A la inmensa mayoría de los ciudadanos de Andalucía le importa un pepino si Pizarro es consejero o si se ha ido a su casa. A los andaluces les preocupa y mucho el paro y los posibles recortes del Estado del Bienestar.

Magnífico regalo a Arenas
No entendemos el magnífico regalo de Pizarro a Javier Arenas. Los medios de la derecha le están sacando el máximo provecho a una situación políticamente infumable. Exageran, insultan y todo lo que se quiera. Pero así se las ponían a Fernando VII. El foco de los dimes y diretes –y de ciertas maniobras peligrosas- está siendo la provincia de Cádiz. Que hayan intentado hacerle la cama –según parece- a la alcaldesa de Jerez de la Frontera, Pilar Sánchez, sólo puede comprenderse en clave casi tribal. Gobierna su Ayuntamiento con mayoría absoluta. Su gestión es espléndida y quien diga lo contrario, que lo demuestre.

Espectáculos palaciegos
Con semejantes espectáculos palaciegos, lo único que se consigue es que crezca el desapego de la ciudadanía andaluza hacia –en este caso- los políticos del PSOE. Del desapego a los votos de castigo apenas hay unos pocos metros. Hace bastante que las encuestas señalan que la Andalucía socialista se tambalea. Hay goteras y demasiadas grietas.

Factor de erosión
Lo de los ERE es un factor de erosión, aireado sin escrúpulos, claro, por la prensa conservadora o popular. Queda un año mal contado para los comicios autonómicos en la Comunidad de Andalucía. Su futuro depende en buena parte de cómo se salde la jornada del 22 de mayo. ¿Caerá Sevilla en manos de la derecha? ¿Cuántas capitales provinciales y cuántas grandes ciudades controlarán los socialistas con el apoyo de IU?

Cierre de filas y unidad
Una cosa es inequívoca. O se cierran pronto las filas y se busca la unidad por encima de cualquier otra consideración o que vayan los andaluces despidiéndose de los Gobiernos que más han contribuido a la transformación admirable –en general- de Andalucía. ¡Ojo, que el asunto no es desde luego baladí! Hace quince años que la Comunidad Valenciana pasó del socialismo mayoritario al PP. Repasen los andaluces el balance bochornoso de la autonomía valenciana, representado simbólicamente por los trajes de Francisco Camps.

Despilfarro monumental
Algo similar podría decirse de la Comunidad de Madrid, desde el tamayazo, y aun antes, hasta la actualidad. No hablemos de la ciudad de Madrid –con un despilfarro monumental fomentado por Ruiz-Gallardón- y de la Valencia de Rita Barberá, una alcaldesa con brochazos del antiguo régimen. Ustedes mismos, queridos amigos andaluces.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM