¡Farsantes!
La huelga general, ¡farsantes!, no es una huelga contra España. Es una movilización pacífica, legal y constitucional, vertebrada por los sindicatos de clase, como protesta por la reforma laboral aprobada por el Gobierno que preside Rajoy. Que conste de una vez. Ni Rajoy ni el Partido Popular son España.
¿Salvadores de España?
Pero a los conservadores les fascina jugar a salvadores de España. Frente a la crisis, el Gobierno Rajoy acabó llegando al poder político como si fuera, en efecto, el salvador de España, país prácticamente hundido por el Gobierno Zapatero, según acusaban los profesionales del embuste, que eludían, no obstante, los monumentales estragos procedentes de la crisis, instalada no sólo en España, sino en otros muchos países.
Un erial
Esta reforma laboral está diseñada a la medida de los empresarios y en contra de los trabajadores. El neoliberalismo se esfuerza, desde la época de Reagan y de Thatcher, hace más de veinte años, tratando de desmantelar el Estado de Bienestar y buena parte de los logros sociales, educativos y sanitarios, en su mayoría impulsados por la socialdemocracia. La crisis emergió en el momento oportuno. Va consiguiendo transformar la cohesión social en un erial orientado hacia la miseria.
El capitalismo salvaje
La huelga general no atacará a España, sino que defenderá los derechos de millones de ciudadanos españoles, pisoteados por el capitalismo salvaje. Eso irrita enormemente a Rajoy y a su alegre muchachada, porque este es un Gobierno de la derecha extrema, maquillado y entregado al neoliberalismo. Sus recortes son tenebrosos, sus promesas son tomaduras de pelo y su concepción de la democracia, manifiestamente mejorable.
España no se rompió
Ni España se rompió como ustedes pregonaban hace unos años –ahora se besan con CiU- ni promover una huelga general es algo que hacen los sindicalistas contra España. Usted Sr. Rajoy no es España. Por fortuna para los españoles.
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM
