El PP ha cerrado filas en torno al presidente de Gobierno. El grupo parlamentario se ha opuesto con uñas y dientes a que Mariano Rajoy acudiera al Congreso a explicar la supuesta financiación ilegal en su partido durante las últimas dos décadas, como denunció a la prensa Luis Bárcenas. Según el portavoz parlamentario Alfonso Alonso, Rajoy ya ha dicho lo que tenía que decir al respecto, mientras que Esteban González Pons, siempre un exceso por delante, justifica la ausencia de explicaciones del presidente sobre el escándalo que afecta al partido gobernante porque el Congreso no puede servir de “altavoz” a “la estrategia de un preso”.

Al más puro estilo de la formación ‘tortuga’ de las legiones romanas, muy prietos y sin dejar resquicios mediante sus escudos, los ‘populares’ fían su suerte a que nadie alcance a su mudo líder. Era una estrategia militar clave cuando estaban muy expuestos. Pero antes de hacer de parapetos humanos para Mariano Rajoy, pesos pesados del Gobierno, como Montoro, Soria o Gallardón, le expusieron gratuitamente convirtiéndole en el estandarte visible de los problemas que cercan al partido. Los tres ministros buscaron a los medios para ratificar la honradez de Rajoy, como si solo fuera eso lo que está en discusión y no si el partido se ha podido financiar ilegalmente. Venid a por el "honrado" Rajoy, provocan los ministros antes de que las huestes populares se apresten a protegerle. No debe andar demasiado tranquilo el presidente, también se sostuvo a Bárcenas hasta el límite de lo tolerable. Si el estandarte mudo es el precio a pagar por salir del actual atolladero, la guardia pretoriana que ahora le cubre estará tentada de entregarlo personalmente, eso sí, al tiempo que mantienen disciplinadamente la formación.

Los silencios de Rajoy contrastan con la locuacidad que le ha entrado a Bárcenas desde que ingresara en prisión. Un preso capaz de estar en Soto del Real y difundir entrevistas concedidas previamente que dejan en pésimo lugar a la formación para la cual controlaba las cuentas. El lunes tendrá la oportunidad de ratificar ante el juez Ruz, que le tomará nuevamente declaración, si está dispuesto a “colaborar con la Justicia”, la sensación que le ha transmitido este jueves Pedro J. Ramírez al magistrado. Si no fuera así, razona el periodista, ¿por qué le habría facilitado los manuscritos con la presunta contabilidad B de Génova?

El debate y la fiscalización que el PP hurta al Congreso se airea en los medios entre amenazas veladas y explícitas de ‘tirar de la manta’ con la participación activa de Pedro J., que este jueves llegaba distendido y satisfecho a la Audiencia Nacional para declarar como testigo ante Ruz. Se mueve como pez en el agua el periodista en esas aguas turbulentas. Silencio en el Parlamento y gritos en los medios de comunicación. Puede sentir el mudo Rajoy que se le escapa el control del escándalo mientras su extesorero ‘canta’ en El Mundo y una de las dirigentes señaladas por éste, la secretaria general del partido, Mª Dolores de Cospedal, ha sido reclamada por la Fiscalía Anticorrupción para que declare.

Pero que no se ofusque el hombre tranquilo de Pontevedra, así es el juego. Pedro J, que no oculta sus simpatías por el PP, siente pulsión por las bambalinas del poder y en días de infausto recuerdo también ponía su periódico a plena disposición de Rajoy para que el ahora mudo diera rienda suelta a la lengua y se saltara todos los límites de su autoproclamada prudencia. Entonces, con tal de llegar al cargo que ahora le quema, proclamaba a toda plana en la jornada de reflexión antes de las generales del 14 de marzo su “convicción moral” de que los atentados del 11-M fueron obra de ETA. Le reprochan que calle, pero es que cuando abre la boca…

Sergio Colado es redactor de ELPLURAL.COM
Blog Disidentes 6.0
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