No es un debate menor. Los españoles nos jugamos mucho en este campo. Más del 70% de las inversiones productivas del Estado desembocan en nuestras carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos. Y cuando todos hablamos de la necesidad de mejorar la productividad de las empresas y la competitividad de la economía, hemos de saber que uno de los instrumentos más directos y más eficaces para lograr este objetivo consiste en reducir costes logísticos y mejorar los sistemas de transporte, tanto de pasajeros como de mercancías. La apuesta del Ministro no es, por tanto, baladí. Se trata de un órdago a la grande en los planes de la sociedad española para salir de la crisis y modernizar nuestro modelo de crecimiento.

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