Las encuestas pagadas fallaron y a la derecha y a la ultraderecha no le han dado los números y no podrán gobernar estos próximos cuatro años. No será la legislatura de los ultras al cuadrado, porque Vox no ha conseguido llegar al Gobierno y "ultraderechizar" al PP.

Los populares no podrán agradecer a los jueces los servicios prestados en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y en todos los tribunales por su lawfare (guerra jurídica) contra las leyes del Gobierno progresista de coalición. Como lo tienen consignado en su programa electoral para el 23J.

La producción legislativa no será tan simple como tenían previsto: derogar y deconstruir los avances de la legislatura pasada para revertir todos los progresos alcanzados. Su prometida gran ley de simplificación administrativa, como la ya aprobada en Andalucía, para desregular todos los sectores tendrá que esperar. Una simple declaración responsable o promesa de cumplir con la legislación vigente no bastará para dar los pelotazos urbanísticos, agrarios y turísticos que sean menester.

No habrá reversión de las conquistas de muchos sectores de la España que no es una y que es grande por su diversidad, pero habrá que sudar mucho la camiseta y no sólo por el calentamiento global para articular una respuesta política eficaz que blinde los avances conseguidos, aunque haya que reformar la Constitución.

No se producirá tampoco, aunque sería muy deseable, un examen de conciencia a fondo en todas las fuerzas políticas que no se consideran de derechas para identificar los errores cometidos y no volver a cometerlos en el futuro. La desunión y los maximalismos a la hora de legislar no conducen a nada bueno como se ha visto el 28M y en menor medida el 23J.

Pero, mucho me temo que no habrá la prisa debida para articular esa fórmula de gobernabilidad, como señaló Pedro Sánchez, que impida el bloqueo y la repetición de las elecciones. El tiempo que tarden en encontrarla se lo restan al abordaje de lo realmente importante: combatir el calentamiento global y evitar que el sur de España se convierta en un desierto con las desastrosas consecuencias que traería consigo ese temido escenario futuro.