Fernández es un ciudadano que procura siempre ser sensato, moderado y templado. Ahora preside la gestora del Partido Socialista. Y también continúa siendo presidente de Asturias. Críticos y no críticos de Pedro Sánchez tienen la impresión de que Fernández sí puede aún evitar el hundimiento del socialismo en España.

Sin embargo, su frasecita diciendo que el PSOE se había podemizado, fue una patadita de Fernández en el tobillo de Sánchez.

El presidente de la gestora nos debe una explicación. Que los militantes socialistas expresen su posición es una muestra de democracia directa que se practica en muchos partidos europeos, por lo que no es ninguna exclusiva de Podemos.

Convendría, Sr. Fernández, que usted no se mezclara con aquellos políticos -y militantes del PSOE- que como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, dicen que los de Podemos no son buenos. Pero a la hora de la verdad no quieren romper el pacto de investidura con Pablo Iglesias y su gente.

Que los militantes socialistas expresen su posición es una muestra de democracia directa que se practica en muchos partidos europeos

La realidad es la realidad, guste o no guste a los que se la cogen con papel de fumar. Alberto Garzón, que es el líder de Izquierda Unida, ha declarado, con su evidente claridad, que “Pedro Sánchez no es precisamente un mártir revolucionario de izquierdas”.

Y, sin embargo, la derechona popular y una parte del PSOE lo han tratado con un cierto estilo made in Inquisición. Sería necesario que algunos de la Vieja Guardia volvieran a sus casas y adiós Madrid. En Gran Bretaña, en cambio, han resucitado los laboristas capitaneados por Corbyn, un anciano en plena forma, dispuesto a que desaparezca la tercera vía, que inventó Tony Blair, una enorme tomadura de pelo.

¡Y es que no hay mal que por bien no venga! Porque, en el partido socialista hay líderes para un recambio. Véase, si no, la lucidez del exministro Josep Borrell, a la hora de analizar la complicada situación. ¡Josep Borrell debe bajar a la cancha!