Tres parlamentos autonómicos estarán presididos por Vox, fruto del acuerdo con el PP. Tres presidentes con el mismo patrón trumpista: ultraderechistas, ultracatólicos, antiabortistas, negacionistas del cambio climático y radicalmente en contra de cualquier avance que haya convertido a España en un país moderno, avanzado e igualitario.

Las alianzas entre el PP y Vox tras las municipales y autonómicas del 28 de mayo se están convirtiendo en laboratorios de pruebas para la ultraderecha. Lo empezamos a ver cuando niegan la existencia del machismo, cuando retiran banderas arcoíris o cuando prohíben las movilizaciones contra la violencia de género. Muchos de los que pensaban que no pasaba nada por votar al PP,  empiezan a darse cuenta que sí que pasa; y si gana la unión PP y Vox en nuestro país habrá un serio retroceso, entre otros, en los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI.

Esta semana el PP ha seguido pactando con Vox, con acuerdos opacos y vergonzantes en los que Feijóo está asumiendo y asimilando totalmente las tesis y la ideología de la ultraderecha, todo por el poder. En Extremadura, la candidata del PP ha dado un giro de 180 grados y ha pasado de “no puedo dejar de entrar en el gobierno a quienes niegan la violencia machista” a “es un partido constitucional con el que me quiero poner de acuerdo”. Y vaya si se ha puesto, al final ha metido a la ultraderecha en el gobierno extremeño. Esto es lo que vale la palabra del PP. Nada.

De esto no habla Feijóo. Él prefiere convencernos de que el 23J las elecciones ya están decididas, que no hay que esforzarse ni en ir a votar, que ya está todo hecho. Y para ello los medios de la derecha nos bombardean un día sí y otro también con encuestas, eso sí, sin la más mínima ficha técnica.

Feijóo y los suyos tratan de incidir en que el único objetivo es “acabar con el Sanchismo”, pero no es verdad. Lo que persiguen realmente es derogar las políticas aprobadas por el presidente Pedro Sánchez en los últimos años, que han beneficiado a la inmensa mayoría de los españoles y españolas. Esto es lo que de verdad está en juego.

Esta semana nuestros mayores han cobrado sus pagas extras, con el incremento del 8,5%, y están contentos. Es un dinero que da dignidad y que es justo para nuestros pensionistas. Pero lo mismo en diciembre, si Feijóo es presidente ya no cobran el 8,5%, sino un 0,25%, porque Feijóo votó en contra de ese incremento. No se trata de hacer demagogia, es lo que volverá a ocurrir en nuestro país si gobierna el PP, porque Rajoy subió las pensiones un 0,25% y no le tembló el pulso, a pesar de que un millón y medio de pensionistas estaban en el umbral de la pobreza. ¿Se van a quedar los mayores en casa y no van a ir a votar para defender la subida de sus pensiones?

Muchos jóvenes esperaban como agua de mayo, la línea de avales aprobada por Pedro Sánchez para cubrir el 20% que la hipoteca no cubre. Un aval esencial para evitar ese muro infranqueable llamado “entrada” para tantos y tantos jóvenes y para miles de familias con menores que solo así podrían acceder por fin a la compra de una vivienda digna. Feijóo ya ha dicho que se cargará esta Ley, porque el PP siempre ha estado en el pelotazo urbanístico, el que tenga dinero tendrá un piso de lujo y el que no lo tenga, deberá regresar a casa de sus padres. ¿Se van a quedar los jóvenes en casa y no van a ir a votar para defender su derecho a acceder a una vivienda?

Dos millones y medio de trabajadores, sobre todo mujeres y jóvenes, se han beneficiado de la mayor subida en la historia del Salario Mínimo, un 47%, hasta los 1.080 euros. Una cantidad que no resuelve todos los problemas, pero que mejora su retribución respecto a cuando gobernaba el PP. Feijóo nunca ha estado de acuerdo con esta subida, con lo que, si llega al Gobierno, quedan dos opciones: o lo bajará o no lo subirá en toda la legislatura. ¿Se van a quedar en casa estos dos millones y medio de trabajadores y trabajadoras y no van a ir a votar para defender que su salario siga creciendo?

La nueva reforma laboral ha aumentado los trabajadores en España hasta rozar los 21 millones, ha bajado el paro a cifras mínimas históricas y ha permitido que uno de cada dos contratos sean indefinido. ¿Cuándo ha habido en este país un mercado laboral así? Nunca. Feijóo ha dicho que cambiará la reforma laboral, ¿para hacer qué? Pues para volver a la de Rajoy, donde se machacaba a los trabajadores, donde los convenios colectivos quedaban en papel mojado recortándose derechos y donde 500.000 jóvenes españoles tuvieron que irse al extranjero para poder encontrar un empleo. Sin embargo hoy, gracias al Presidente Pedro Sánchez la mayoría de ellos han vuelto, tienen un trabajo con un contrato indefinido ¿Todos estos jóvenes se van a quedar en casa sin ir a votar o van a defender sus contratos indefinidos?

Y un millón de niños y jóvenes tienen una beca digna en nuestro país. Pedro Sánchez ha conseguido que el hijo o hija de un trabajador pueda estudiar con las mismas oportunidades que el hijo o la hija del dueño de un banco o una gran empresa eléctrica; ha conseguido pagarles a las familias los estudios de sus hijos para que hagan una carrera universitaria. Todo esto se acabará si Feijóo llega al gobierno, porque Wert, el peor ministro de educación de la historia de nuestro país, recortó becas y becarios y 120.000 alumnos con Rajoy tuvieron que abandonar la Universidad por falta de recursos. Hoy Feijóo tiene a Wert como asesor de cabecera. ¿Todos estos padres y madres cuyos hijos tienen una beca se van a quedar en casa sin ir a votar poniendo en riesgo el futuro de sus hijos?

Lo que el día 23 de julio es posible, el 24 ya no tendrá arreglo. Por eso son tan importantes los cinco minutos que tardarás en ir a votar, porque decidirá tu futuro y el de tu familia. Y aunque la derecha diga que todo ya está decidido, la democracia nos demuestra que hasta que se levantan las urnas a las 8 de la tarde no hay nada escrito. Esto no va de eslóganes, bulos y demagogia; esto va del mejor futuro para España y los españoles, de no rectroceder en derechos y libertades y de seguir mejorando el empleo, la economía y el Estado del Bienestar, incluso en los momentos más difíciles, como ha hecho el presidente Pedro Sánchez.