Tras algo menos de una hora de discurso focalizado en el apagón, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abordó el segundo punto del día que capitalizaba su intervención: el aumento del gasto militar. Un asunto espinoso, sobre todo en términos de relaciones con los socios y que, pese a contar con una cuota protagónica menor que el corte de suministro, se esperaba como agua de mayo entre los grupos parlamentarios que sustentan a la coalición. Por ello, el jefe del Ejecutivo abrazó el tono pedagógico para exponer ante sus aliados que el debate no pivota sobre una diatriba entre defensa y seguridad y Estado del Bienestar. De hecho, recrimina a quien airea esta postura un intento de "desinformar". O bien, ha continuado, una ignorancia manifiesta del funcionamiento de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). 

"Quienes se obcecan en presentar un escenario de suma cero en el que hay que elegir entre una cosa o la otra, o quieren desinformar o no saben cómo funcionan las cuentas públicas". Un dardo que el presidente del Gobierno lanzaba, no sin cierta malicia, a las bancadas de izquierdas. Concretamente a quienes más beligerantes -valga el uso del término- se han mostrado con el Ejecutivo por diseñar y aprobar un plan que incremente las partidas defensivas y de seguridad, fruto de un compromiso con la OTAN. Es decir, Podemos.

Sánchez ha subrayado que la subida del gasto en defensa es posible por el crecimiento de la economía española y, a su vez, este incremento incidirá sobre las previsiones. "Aporta positivamente al crecimiento entre 0,4 y 0,7 puntos al PIB", pofundizaba el jefe del Ejecutivo, al tiempo que sostenía que una gestión de los recursos públicos "responsable y con rigor fiscal" allana el camino a cumplir con el compromiso que en su día adquirió el Gobierno de Mariano Rajoy sin que ello repercuta en las partidas sociales. 

Adaptación y anticipación

El jefe del Ejecutivo abordó entonces el plan que el Consejo de Ministros aprobó a finales del pasado mes de abril y que posibilitará a España cumplir con el aumento del 2% del gasto en Defensa. Un proyecto que dispondrá de una inyección de 10.471 millones de euros adicionales y que permitirá a España "adaptarse y anticiparse" a los retos derivados del contexto geopolítico y, así, no "mire hacia otro lado ni haga la técnica del avestruz". 

En este sentido, aprovechaba para insistir que tal compromiso nació de la Administración de Mariano Rajoy en el año 2014, censurando a los conservadores que no cumplieran con la palabra. No obstante, el Plan del Gobierno sí permite que este 2025 se alcance con lo que "otros comprometieron y no cumplieron".

Garante de los valores europeos frente a oligarcas

Por otro lado, Sánchez se ha situado como defensor de los valores europeos, subrayando que no quiere parecerse a la pinza de la derecha radical y la ultraderecha que encarnan Partido Popular y Vox, a quienes cataloga como "apóstoles del caos" y "vasallos de oligarcas internacionales". Ante la proliferación de un sentir neoimperialista, por parte de Vladimir Putin, pero también con la siempre amenazadora sombra de Donald Trump, el jefe del Ejecutivo ha defendido la capacidad de España para defender no sólo su territorio físico, sino también "su espacio digital"

Por ello, ha reivindicado la necesidad imperiosa de engrosar las partidas de seguridad y defensa hasta el 2% del PIB, abundando en las "crecientes amenazas" fruto de la revolución tecnológica a las que pretende dar respuesta con su proyecto. "España por supuesto va a estar a la altura en este momento histórico. Y lo vamos a estar junto a nuestros socios europeos para defender nuestros valores y nuestros intereses, porque no queremos ser como algunos que están sentados en esta Cámara ni apóstoles del caos ni vasallos de los oligarcas internacionales", ha rematado.

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