En estos tiempos que corren, en los que estamos esperando alguna luz al final del túnel, se hace más importante la labor de motivación en nuestros líderes.

Por desgracia, lo que transmite Rajoy es justo lo contrario, y en vez de motivar, desmotiva. Para “justificarse” de sus acciones vuelve a atemorizarnos con un panorama sombrío y sin perspectivas, aún no ha asumido que él es quien tiene la responsabilidad máxima para sacarnos de la crisis. A no ser que ahora sí, y antes no, los mercados sean los que manden y no los gobiernos.

Tiempos complejos, durísimos, dónde cientos de miles de familias están por debajo del umbral de la pobreza. Tiempos dónde no se puede frivolizar, dónde la ministra de (des) empleo no debería salir riéndose y victoriosa con un dibujito de la bajada del paro en diciembre, cuando hay casi seis millones de personas sin empleo.

Estos tiempos exigen máxima austeridad. Es una vergüenza que la señora Cospedal salga dando lecciones de que recorta gastos superfluos y ahora nos enteramos que gana 160.000 euros al año. ¿puede saber algo esta señora de lo que están pasando las familias españolas?

También hay que ser austeros en la imagen, no es momento de viajecitos de la Reina a Londres para comprar bolsitos, pero tampoco para justificar que el director de Canal Sur gane más que el Presidente de la Junta de Andalucía.

Y contención en el ataque a los andaluces y andaluzas, no se puede permitir que haya medios de la caverna , que tienen ingresos de empresas públicas, cuyo único fin es destrozar la imagen de Andalucía. Mientras la Delegada del Gobierno central en Andalucía se dedica a hacer campaña política permanente, en el depósito aduanero de Huelva roban 1000 kilos de droga, ¿alguien ha pedido la dimisión de esta señora?, la que sin duda es la peor delegada que ha existido.

Y para empezar el año, ilusión. La que se da a Carromero, que después de haber conducido con el carnet retirado y provocado un accidente con la muerte de dos personas en Cuba, ya se le está “gestionando” el tercer grado y un puesto público con sueldazo aparejado.

Esperanza e ilusión, la que transmite Fofito en un magnífico anuncio de la tele. Menos mal que siempre nos quedarán los payasos.

 

* José Joaquín González es Master en Dirección de Comunicación y en Comunicación Corporativa