España vive un momento económico que choca de frente con el relato catastrofista que intentan imponer Feijóo y Abascal. Los datos provenientes de fuentes oficiales europeas y de medios internacionales son contundentes. Eurostat ha confirmado que nuestro país volvió a liderar el crecimiento en la zona euro durante el segundo trimestre de 2025, con un aumento del 0,7% frente al exiguo 0,1% de la eurozona. En términos interanuales, España creció un 2,8%, el doble que la media europea. Mientras Alemania e Italia retroceden y Francia apenas avanza, la economía española se ha convertido en la locomotora del continente.

Esta es la realidad. Una realidad que confirman los organismos comunitarios y que reconocen incluso medios internacionales tan influyentes como The Washington Post, y poco sospechosos de ser de izquierdas, titulaba hace apenas unos días: “España lo está haciendo bien, según casi todos los indicadores”. Los analistas de Goldman Sachs sitúan a nuestro país como la gran economía europea con mayor crecimiento, y The Economist ya la calificó en 2024 como la mejor del mundo. Estos avales internacionales desmontan de un plumazo la narrativa del PP y Vox, empeñados en dibujar un panorama apocalíptico que no existe fuera de sus falsos y engañosos discursos.

El crecimiento económico no es un dato abstracto, sino que se traduce en empleo. España alcanzó en julio un récord histórico con más de 21,4 millones de afiliados a la Seguridad Social. Nunca antes habría trabajado tanta gente en nuestro país. Este logro fortalece el sistema público y garantiza la sostenibilidad de las pensiones.

A la vez, el paro registrado bajó en 1.357 personas en julio y se sitúa en 2,65 millones, la cifra más baja desde hace 18 años. En solo un año, el desempleo se redujo en un 5,7%, lo que significa que más de 160.000 personas han encontrado trabajo. Frente a quienes mienten a conciencia hablando de “España arruinada”, la realidad muestra más empleo, más cotizantes y menos paro que en casi dos décadas.

Estos resultados no son fruto de la casualidad. Son la consecuencia de un modelo económico que apuesta por combinar crecimiento con justicia social. El Gobierno de Pedro Sánchez ha impulsado medidas como la reforma laboral pactada con sindicatos y empresarios, el incremento del salario mínimo interprofesional, la subida de las pensiones conforme al IPC y el refuerzo de la igualdad laboral entre hombres y mujeres.

La derecha, con Feijóo a la cabeza, auguró que estas políticas traerían paro y fuga de empresas. Ha ocurrido lo contrario. España no solo crea más empleo que nunca, sino que lo hace con mayor estabilidad y con confianza internacional internacional. Los inversores miran a nuestro país como un lugar seguro para crecer.

Ante esta avalancha de buenas noticias, PP y Vox han optado por negar la evidencia. Feijóo insiste en que España es el país “que peor gestiona la economía en Europa”, justo cuando los datos europeos dicen lo contrario. Abascal repite que vivimos una “ruina socialista” mientras la Seguridad Social bate récords de afiliación. Ambos mienten a conciencia.

La oposición intenta intoxicar la opinión pública porque no tienen propuestas. El PP y Vox no hablan de cómo mejorar el empleo o reforzar el crecimiento, sino de supuestos males que solo existen en sus falsos discursos.

La derecha mediática repite estos mantras sin rubor. Aseguran que “los españoles viven peor que nunca”, pese a que el paro está en mínimos históricos, dicen que “España está aislada en Europa”, justo cuando los datos de Eurostat certifican que somos la economía más dinámica del continente. Y hablan de “inseguridad jurídica”, mientras Goldman Sachs y The Economist nos sitúan como ejemplo de dinamismo.

El éxito de España no se explica solo por el turismo. Nuestra economía ha sabido diversificarse hacia sectores de mayor valor añadido: finanzas, nuevas tecnologías, servicios profesionales, energías renovables.

España cuenta hoy con 9,3 millones de residentes nacidos en el extranjero, casi un 20% de la población, y muchos de ellos aportan talento e innovación. Pedro Sánchez lo dijo con claridad: “España tiene que elegir entre ser un país abierto y próspero o un país cerrado y pobre”. Frente a un PP que coquetea con el discurso xenófobo de Vox, el Gobierno apuesta por una España abierta al talento y al futuro.

Los éxitos de España no los proclama solo el Gobierno. The Washington Post afirma que “España está bastante bien en la mayoría de los indicadores” y recuerda que Goldman Sachs la considera la economía de mayor crecimiento en Europa.

Incluso donde la presión internacional es fuerte, como en el gasto militar, Sánchez ha defendido una posición sensata. Mientras Donald Trump exige a los países de la OTAN subir el gasto hasta el 5% del PIB, España se mantiene firme en el 2,1%, suficiente para cumplir con los compromisos, pero sin hipotecar el fortalecimiento del Estado del bienestar. Esa independencia política también contribuye al reconocimiento de nuestro país en el exterior.

Mientras el Gobierno logra situar a España como ejemplo europeo, PP y Vox solo ofrecen bulos. Feijóo repite que el país se hunde y Abascal se dedica a agitar el miedo. Ninguno de los dos plantea soluciones reales. Ellos prefieren para la clase media trabajadora jornadas más largas de trabajo y salarios más bajos.

Su receta es la de siempre: recortes, precariedad y privatización. La ciudadanía recuerda bien lo que supuso la última reforma laboral del PP o los recortes en sanidad y educación. Esa es la diferencia: mientras la derecha pide volver al pasado y explotar a los trabajadores, Sánchez impulsa un modelo que genera empleo, protege derechos y refuerza el Estado del bienestar.

España atraviesa un momento de fortaleza que merece ser reconocido. Lideramos el crecimiento económico en Europa, tenemos más empleo que nunca y el paro está en mínimos de casi dos décadas. Nada de esto es casualidad: es fruto de políticas progresistas y valientes.

Frente a los datos, Feijóo y Abascal solo aportan bulos y mentiras. Pretenden pintar un país en ruinas, pero la realidad es la contraria: España avanza con paso firme. La ciudadanía merece un debate político serio, basado en hechos. Porque mientras la derecha se pierde en falsedades, el Gobierno de Pedro Sánchez demuestra que se puede crecer y prosperar defendiendo los derechos de todos y todas.

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