La declaración de Mariano Rajoy Brey tiene ya el carácter de madre de todas las declaraciones. No ha habido testigo que haya declarado en la Audiencia Nacional tan deseado por la prensa, tan asesorado por sus abogados, que haya hecho correr tanta tinta sobre las maquiavélicas intenciones de los magistrados de la Sección Segunda, o que se haya expresado tan magnánimo: “Acudiré como un ciudadano más”.

No esperábamos menos, don Mariano: que acuda a la llamada del tribunal como cualquier españolito que se encuentra mucho menos arropado de lo que llegará usted a San Fernando de Henares. Aunque su procesión vaya por dentro. Es que los jueces imponen; ya se sabe.

Aunque desde el PP, Martínez Maíllo haya restado importancia al evento, explicando que Rajoy acudirá con normalidad, pues no es el primer presidente que acude en Europa y en América a declarar como testigo. Así, el coordinador del partido en el Gobierno eleva la declaración de su líder a categoría internacional. Alivia saber que Rajoy Brey “contestará a todas las preguntas que le hagan, como es lógico y normal” pero con un matiz: “no más de la cuenta, sinceramente”.

Alivia saber que Rajoy Brey “contestará a todas las preguntas que le hagan, como es lógico y normal” pero con un matiz: “no más de la cuenta, sinceramente”

Eso es, sin pasarse. Tiene que dejarle algo al señor conde, don Pío García Escudero, correligionario y responsable del PP en aquellos tiempos, cuyo testimonio se va a ver ensombrecido por las palabras del líder.

Para rubricar el acontecimiento, el presidente de la Audiencia Nacional ya ha dicho que recibirá personalmente al presidente del Gobierno. La cosa va de institución a institución, aunque todo esto resulta bastante confuso: ¿No quedábamos en que Rajoy Brey acudía como ciudadano? Sin duda, los 90 periodistas acreditados van a disfrutar de cada momento de esta peculiar escena judicial.

 Don Mariano, esperamos mucho de usted: Ni más ni menos que nos diga la verdad.