Es un clásico de cada semana. Al menos ese es el sentir que emana del cuartel general del Partido Socialista. El Partido Popular ha cerrado este jueves su “círculo de la desvergüenza” – o de la “cacería” al socialista como señalan en otros fueros – con la comparecencia de Pilar Alegría en la comisión del Senado que investiga las ramificaciones del caso Koldo. Denuncian fuentes del partido que la ministra portavoz se ha visto obligada por el principal partido de la oposición a “revivir los insultos y vejaciones” que sufrió en redes sociales y que la titular de Educación iba a elevar a los tribunales.
Estaba previsto que este jueves visitara la Cámara Alta – institución en manos de la mayoría absoluta del PP – para comparecer en el marco de la comisión Koldo. El motivo que esgrimían los conservadores para justificar su citación es la presunta participación de Pilar Alegría en una “supuesta fiesta” en el Parador de Teruel que “nunca existió”. Al menos así lo expresan fuentes socialistas, que han negado estos hechos por activa y por pasiva desde que los satélites mediáticos de la derecha los publicaron semanas atrás.
De hecho, esas mismas informaciones provocaron un aluvión de reacciones en forma de “insultos y vejaciones” contra Alegría que ha tenido que “revivir” en sede parlamentaria. “Han cerrado el círculo de su desvergüenza”, denuncian fuentes socialista, en clara alusión a la “cacería” que esta misma semana organizaban contra el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán, y que le atribuyen trazas de corrupción a unas preguntas sobre unas obras en Navarra, tierra natal del número tres orgánico de Pedro Sánchez.
Estas mismas voces denuncian que la argumentación del PP para justificar la presencia de Alegría en la comisión se sustenta sobre “bulos” y “declaraciones de políticos” de la propia fuerza conservadora por las que, además, “nadie ha pedido perdón” a pesar del “evidente daño moral que han provocado”. Afean al principal partido de la oposición su incapacidad para reconocer el error de hacer seguidismo de ciertas informaciones. No sólo no lo hacen sino que, en palabras de fuentes próximas a la dirección del partido, “huyen hacia delante de la mano de pseudomedios y el mundo ultra”.
El objetivo, concluyen las mencionadas fuentes, es encontrar o preparar una “realidad inventada” que se adapte a su “ambición de derrocar” al Gobierno de España. Un ejecutivo, recalcan, “elegido democráticamente” y a pesar de las “evidencias” de que las publicaciones sobre la fiesta “son mentiras”.
“El PP ha insistido en ella como si se hubiera producido y, en su desesperación, ha tratado de involucrar a la ministra con el conflicto diplomático con Marruecos en 2021”, denuncian voces autorizadas del organigrama socialista, que subrayan los intentos de los de Feijóo por vincularlo con la “pernoctación” del ex ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana José Luis Ábalos “en el parador de Teruel”.
El calvario de Alegría
Denuncias al margen, la ministra portavoz compareció en la comisión Koldo del Senado, donde ha negado tener constancia de que el ex ministro Ábalos montara una fiesta en el Parador de Teruel durante el hospedaje de ambos en este alojamiento. Además, también ha rechazado la existencia de partes de la Policía Nacional sobre tal incidente. “Jamás tuve conocimiento, […] ni vi absolutamente nada y entiendo que no escuchase ni viese nada porque es que no se produjo nada”, resumió la titular de Educación, Formación Profesional y Deportes en las dependencias de la Cámara Alta.
La ministra se ha remitido al interrogatorio del director del Parador en la comisión, donde reiteró que no había constancia de ninguna fiesta y mucho menos de ningún desperfecto la noche en la que se alojó el exministro de Transportes, la propia Alegría y el expresidente de Aragón, Javier Lambán. De hecho, ha precisado que algún dirigente del PP habló de la existencia de “partes de la Guardia Civil”. “Es un desconocimiento absoluto porque les tengo que aclarar que lo que es el Parador de Turismo es circunscripción y demarcación de Policía Nacional”, explica la dirigente socialista.
A tenor de las preguntas de los senadores socialistas, Alegría aprovechaba para denunciar los mensajes de odio recibidos en redes sociales tras la publicación de los “bulos”. “No son actuaciones de malos políticos, sino de malas personas. ¿Qué sucede cuando uno arrasa y derriba cualquier mínima línea de respeto, de verdad, de honestidad? ¿Qué es lo que queda? ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar?”, se preguntaba la ministra portavoz, que se reivindicaba a sí misma como una “mujer íntegra y honesta”. De este modo, advertía a los agitadores que no está dispuesta a “respetar el señalamiento, las infamias y el dolor que pretenden generar” sobre su persona “con una información rotundamente falsa”.