La citación de Pío García-Escudero ha supuesto un bombazo en el Partido Popular, aunque no  inesperado, porque los últimos movimientos de Génova hacen pensar que esperaban que el presidente del Senado acabara siendo llamado como testigo en el juicio del caso Gürtel. Lo que está claro es que esta nueva página en la agenda judicial del PP ha puesto a Génova en estado de alerta y trastoca cualquier plan previo sobre cómo atajar la citación de Mariano Rajoy para el próximo día 26 de julio.

El idilio de Pío García Escudero empieza mucho tiempo atrás, cuando su nombre aparece entre los llamados papeles de Bárcenas que, según los jueces, son la contabilidad de la caja B del Partido Popular. En dicho conteo, el ahora presidente del Senado aparece como receptor de cinco millones de pesetas, que después devolvería.

La versión dada es que García Escudero sufrió un atentado en su vivienda y acudió a Javier Arenas para pedirle dinero con el que rehabilitar la casa. Arenas no le contestó eso de “¿tú te crees que yo soy Cofidis?” y el partido sacó cinco millones de pesetas de su caja que García Escudero devolvió, millón a millón, sin intereses.

Pero el principal problema, sobre todo para Pío García Escudero, es que ya tuvo que declarar como testigo, ante el juez Pablo Ruz, aunque lo hizo en su propio despacho del Senado. En aquella ocasión, en el año 2013, el presidente del Senado acabó reconociendo que cobró del PP sobresueldos mensuales de 4.200 euros. Pero ha llovido mucho desde entonces y García-Escudero tendrá que hacer memoria de todo lo que dijo, para no caer en contradicciones cuatro años después que pudieran ser interpretadas como mentiras, algo no permitido a un testigo.

De ahí que el Partido Popular pidiese el pasado día 28 de junio, cuando aún no se había manifestado el tribunal sobre si Pío García-Escudero sería llamado o no, que se le hiciese entrega de la grabación de su testificación de hace cuatro años. Una petición sorpresiva en un escrito, al que ha tenido acceso ELPLURAL.COM, que hacía pensar no sólo que el PP ya se olía que García Escudero acabaría de nuevo ante los jueces, sino que también demostraba la preocupación del Partido Popular por cuadrar versiones.

Que el PP se esperase que la cuarta institución del Estado acabaría ante el tribunal puede explicarse por el triunfo de haber colocado a Concepción Espejel, Concha para los amigos, en la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Aunque también era una deducción lógica ante la configuración del tribunal Gürtel. El presidente Ángel Hurtado dice que no por sistema a todas las citaciones que afecten al PP -Rajoy, Cascos, Arenas, Acebes… y ahora García Escudero- mientras que los otros dos magistrados las aprueban. Otra cuestión es la pertinencia de que los letrados del PP se dediquen a pedir el anterior interrogatorio de García-Escudero “por serle necesario a esta representación”.

No sería muy ético, pero quizás quieran ayudar al presidente del Senado con su defensa. Evitarle contradicciones, pero, sobre todo, anticiparse a ciertas preguntas. Porque en su anterior cita, el juez Ruz paró los pies a la acusación popular en varias cuestiones. Entonces se hablaba de la caja B del PP y de su préstamo, pero se le protegió de que respondiera sobre financiación irregular, por ejemplo. Y hay que tener en cuenta que García Escudero llegó a presidir Fundescam, que ahora está siendo investigada en una pieza separada por la financiación irregular del PP de Madrid, precisamente la cuestión por la que ha sido llamado a declarar por el exalcalde de Majadahonda.

Además, la coordinación se hace necesaria porque, tal y como señala el auto del tribunal Gürtel, Pío García Escudero, y el resto de testigos, podrían ser citados entre los días 19 y 26 de julio. Precisamente, el 26 de julio es el día que está llamado a declarar Mariano Rajoy. Es decir, podría darse la circunstancia de que el presidente del Senado declarase ante los jueces y las acusaciones justo antes que el presidente del Gobierno, casi sin espacio entremedias. Por lo que siempre está bien ir preparado de antemano.