¿Qué queda de aquel Zoido triunfante que entraba en Sevilla a bordo del yate de unos colegas?

Nunca un presunto líder, ha menguado tanto en tan poco tiempo como el referente de la derecha andaluza. De estar presente en todo tipo de actos, celebraciones, fiestas e inauguraciones hasta de una farola. De sacarse fotos desde subiendo a un avión a besando la mano de una señora, ha pasado a estar oculto y cada vez con menos presencia y más contestación en la calle.

Si sigue el manual de su referente Rajoy, pronto tendremos al jefe de los populares andaluces vía pantalla de plasma.

Razones no le faltan, su apoyo de la Villa y Corte ha caído en picado, y una de las propuestas importantes para Sevilla, como es el dragado, ha sido liquidada por el ministro Arias Cañete, quien además sin querer queriendo, lo ha debilitado aún más frente al levante gaditano.

Y mientras trataba de olvidar el leñazo que el juzgado le ha dado a Oña, por colocar a su hijo en una ciudad de la Costa del Sol, resulta que se le abre un lío de los grandes, y esta vez directamente a su número dos, el que se postulaba como azote de la corrupción. La prensa se hace eco de la denuncia de la oposición de Tomares, pueblo del que es alcalde el número dos del PP de Andalucía, y en la que hacen público como pagaron a través del Ayuntamiento comidas, con cubatas incluidos,  del PP. Los que todos los días piden dimisiones, los que piden ejemplaridad, ya reculan y señalan que es un cúmulo de errores, pero dimitir ni locos.

Siendo todo esto de máxima gravedad, lo que está acabando de hundir a Zoido es la rueda de prensa del Gobierno central, en el que directa y explícitamente admiten su inutilidad, al decir que hasta 2015 todo irá igual o peor. Si algo quedaba de ilusión, acabaron con ella.

Y ya lo que le faltaba al PP, la denuncia de que un acto en Atarfe ha sido financiado por un empresario. Por cierto, el acto era de una tal Soraya Sainz de Santamaría.

 

* José Joaquín González, Master en Dirección de Comunicación y en Comunicación Corporativa