Matas fue también ministro en uno de los Gobiernos presididos por José María Aznar. Había saltado al primer nivel de la política isleña cuando su predecesor Gabriel Cañellas tuvo que dimitir de la Presidencia autonómica a consecuencia de diversos escándalos de corrupción, como el caso del Túnel de Sóller, en los que él estaba pringado y bien pringado. No fue Cañellas a la cárcel porque –¡qué benemérita casualidad!- la sentencia condenatoria subrayó que sus delitos habían prescrito.

Modelo Cañellas
Poco antes de que estallara el affaire mencionado, Aznar visitó las Baleares y proclamó, en una de sus campañas electorales, que él quería gobernar España siguiendo el modelo de Cañellas. La huella de Cañellas, en todo caso, fue seguida cuidadosamente por Matas. Su extraordinario enriquecimiento no se explica si no es a través de negocios ilegales, hechos a la sombra del poder político. O, si se prefiere, hechos bajo la protección de la política corrompida.

El asistente de Matas
Pues bien, Antonio Alemany publicó ayer un artículo a toda página en La Gaceta, edición Islas Baleares. En su texto, el asistente periodístico de Matas fustiga brutalmente al Gobierno progresista que preside Francesc Antich. Quien se halla actualmente en el punto de mira de la justicia exige que los “responsables directos, con nombres y apellidos (...) deben responder de sus actos y de sus estupideces gobernantes.”

Sin vergüenza
Y advierte sin contemplaciones, sin complejos y sin vergüenza: “De entrada, ni Antich, ni Armengol ni Calvo deberían presentarse a las elecciones: son un peligro público”. Han gastado dineros a mansalva en inversiones improductivas (...) En plena crisis [Armengol] tira el dinero por la ventana” Antich, como es sabido, es el presidente del Gobierno balear; Armengol, de nombre Francina, es la presidenta del Consell Insular de Mallorca y Calvo, de nombre Aina, es la alcaldesa de Palma de Mallorca.

Eficaces y honrados
Los tres dirigentes socialistas aludidos son eficaces en su gestión y, por supuesto, son honrados. Todos los indicios apuntan, en cambio, a que la honradez no acompaña ni mucho menos ni a Matas ni a su escribiente. Hay que tener la cara de cemento armado para, como sostiene Alemany, atacar a la plana mayor del PSOE insular, cuando él está imputado y bajo sospecha.

Otoño de 1977
Alemany, en el otoño de 1977 fue nombrado director del Diario de Barcelona por José María Santacreu, un empresario poco de fiar, prácticamente analfabeto y dueño entonces de ese periódico. En aquella época, el tal Santacreu financiaba a Manuel Fraga Iribarne y a su invento denominado AP.

Tristán la Rosa
La consigna era liquidar la línea editorial progresista del Diario de Barcelona, que lo dirigía en ese tiempo Tristán la Rosa, un excelente y culto colega, claramente antifranquista y favorable a los planteamientos de las izquierdas, ya fallecido. Alemany, sin embargo, no consiguió seguir las directrices de sus amos. Lo impidió la mayoría de los redactores del periódico. Fue la primera gran huelga periodística en España por la cláusula de conciencia. Viví todo aquello de muy cerca. Era redactor jefe de Política del Diario. Y conocí a Alemany.

Diario de Barcelona
El empecinamiento de Santacreu, Fraga y Alemany terminó con el Diario de Barcelona. Aquella derechona básicamente no ha cambiado. Han transcurrido más de treinta años. Alemany continúa igual, aunque ahora imputado. Su mecenas no es Santacreu. Lo fue Matas, otro paradigma de la corrupción que arrastra el PP.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM