La conversación telefónica, cuentan a ELPLURAL.COM, tuvo lugar el sábado 7 de julio. El ministro de Hacienda llamó al diputado socialista. Fuera de sí, en un tono de enorme enfado, comenzó protestando por los recursos que el PSOE ha planteado ante el Constitucional por algunas de las reformas del Gobierno Rajoy. La primera por la amnistía fiscal. La segunda, sólo dos días antes de la llamada, por el decretazo por el que el PP acababa con la RTVE independiente. Y la, que más preocupa, la anunciada, aunque aún no presentada, por la reforma laboral.

“Os vamos a recortar un 20% las subvenciones”
Y en medio de esos exabruptos, a Montoro se le escapó un reflejo del autoritario que, al parecer, lleva dentro: “Os vamos a quitar un 20% de las subvenciones”. El diputado socialista, al otro lado de la línea telefónica, saltó ante el comentario: “¿Nos estáis amenazando?”.

El tono con el que le estaba hablando Cristóbal Montoro a partir de ese momento cambió. El diputado socialista pensó que porque el ministro se había dado cuenta de lo que llevaba implícita la soberbia de su comentario: el Gobierno intentaba utilizar su capacidad para ‘ahogar’ económicamente a los partidos de la oposición para dirigir su libertad para realizar la política que considerara conveniente.

Amenaza que era indiscreción
Los hechos, sin embargo, descubrieron que el cambio de tono de Montoro tenía otra razón: en su ataque de ira, había sido indiscreto. Porque lo cierto, como lo demostró el presidente del Gobierno el miércoles siguiente al anunciar los recortes económicos más duros que se han hecho nunca en la historia de la democracia española, Rajoy desveló exactamente lo que había amenazado Montoro: un recorte del 20% en la financiación de los partidos políticos.

En realidad, según cuentan a El Infiltrado, este recorte del dinero para las organizaciones políticas y laborales, podría ser sólo el principio. En una reunión que había tenido lugar en las semanas previas en Moncloa, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció que era intención del Gobierno retirar todo tipo de subvención pública a partidos políticos y sindicatos.

Regreso a los maletines
Uno de los presentes, un diputado, al escuchar aquello le preguntó: “¿Lo que queréis es que tengamos que volver a los maletines de empresarios a buscar ayuda en partidos políticos afines extranjeros?”. Eso sí, llevado quizás por la educación, el diputado tuvo la delicadeza de no recordar a la vicepresidenta que pertenece a un partido, el PP, que está sentándose en banquillos por la trama Gurtel, que hincó sus raíces en la necesidad de financiación del propio PP, ni que hubo una época, no tan lejana, en que para organizar sus actos dependían de que unos empresarios pusieran el dinero para alquilar las sillas, otros para pagar por las plazas de toros o los pabellones y otros para pagar por las megafonías o la propaganda, con las dependencias que todo eso causa entre los partidos y esos empresarios. Situaciones que también se ven en las películas de Scorsese y Coppola.