Mientras que la derecha omnipotente apoyaba la continuidad de las monarquías absolutas, la izquierda siempre ha luchado a favor de la libertad. Pero la manipulación de la realidad hasta extremos como éste es algo lamentablemente habitual. Los discípulos de Joseph Goebbels -que ahora muchos de ellos se disfrazan de neoliberales- procuran instalarse cada dos por tres en el sensacionalismo periodístico.

Perla malvada
Ese director aludido añadió, en su artículo dominical, otra perla deliberadamente malvada. Tras afirmar que la Nación española está en riesgo -¡cómo disfrutan estos provocadores evocando aquella cantinela de “España se rompe”!-, leamos lo siguiente: “Es tan mala la situación que nos ha legado el miserable y villano Gobierno de Zapatero, que ahora mismo ni siquiera tenemos asegurado nuestro futuro como nación”.

¿Gerona? ¿Girona?
Le duele, una vez más, España. Asegura que llamar a Gerona Girona es una “imbecilidad”. Insulta a quien se le ponga por delante, siempre que sea socialista o nacionalista catalán como “los independentistas de Convergència”. Carga contra el soberanismo catalán y señala con el dedo también a los socialistas.

Cucamonas CiU y PPC
¿Pero aún no sabe este director de marras, o no quiere saber, que si CiU sigue gobernando en Cataluña es gracias al Partido Popular? Artur Mas le debe unos cuantos favores importantes a Alicia Sánchez-Camacho. La entente entre CiU y el PPC se mantiene sólida desde las elecciones de mayo de 2011. Cada cual juega a reforzar sus mecanismos identitarios, que es donde chocan. Mientras, van cogiditos de la mano y se hacen cucamonas a la hora de hablar de lo que les une: su ideario neoliberal y su política contra la crisis de una dureza enorme y poco humana.

Una tribu en Madrid
El director parece que disfruta pensando que “en apenas dos meses Madrid (…) se quedará invadida por una tribu, un tsunami de independentistas vascos y catalanes que, con la disculpa de una Copa de fútbol, van a montar un aquelarre secesionista en el que no faltará de nada: ni provocación a los ciudadanos de la capital que se sienten radicalmente españoles ni insultos al jefe del Estado ni un clamoroso abucheo a nuestro himno nacional (…) Estamos ante uno de los episodios más graves contra la unidad de España que se hayan producido en mucho tiempo”.

La cara dura
Así es la derecha extrema, tan abundante en España. La derecha radicalizada que ha ahogado la libertad muy a menudo, tanto en España como en otros muchos países, Y, sin embargo, tiene la cara dura de aseverar que la izquierda “no cree en la libertad.” Ahora resultará que, en 1936, el Generalísimo -respaldado por Adolf Hitler y Benito Mussolini- hizo la guerra para defender la libertad. En cambio, los republicanos luchaban para acabar con ella. ¡Farsante!

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM