En las próximas semanas, Alberto Fabra, presidente de la Generalitat Valenciana tiene que abonar a diversas entidades financieras 1.117 millones de euros y su compañera de partido, Esperanza Aguirre, 242. Estos dos presidentes autonómicos aglutinan el 92´7% del problema.

Hasta el momento Aguirre ha sacado de las arcas de la Comunidad de Madrid casi 740 millones desde el 2003, año en que accedió a ese puesto, para compensar las pérdidas generadas por su personal televisión. O sea dinero de todos los madrileños para hacer que siga funcionando una televisión con una audiencia ridícula del 7´9% que sólo informa de las glorias de la “lideresa”, como ella se denomina.

El resto de partidos políticos de la comunidad no aparecen en pantalla con la excepción de recibir críticas o destapar irregularidades. Sólo existe el mundo del Partido Popular, con sus presentadores adictos, negocios, formas de ver la vida etc. Incluso sus trabajadores han llegado a denunciar a la Unión Europea “la manipulación informativa y el sectarismo político”.

Por su parte el valenciano Canal 9 ha entrado en quiebra técnica tras registrar unas pérdidas de explotación de 164´4 millones en 2010. Al igual que en la televisión madrileña provoca vergüenza e indignación ver sus informativos los cuales sólo están al servicio de los intereses de los conservadores. Tiene una audiencia del 5´4%, pero eso sí emplea a 1.800 personas. O sea, más gente que Tele 5, Antena 3 y la Sexta juntas.

La Sindicatura de Cuentas ha alertado de la grave situación financiera de la radio- televisión valenciana, que acumula una deuda de 1.139 millones de euros.

Pero cuando peor están las cosas aparece el siempre sonriente González Pons dando ideas. Quiere privatizar las cadenas autonómicas, pero,¿ para dárselas a quién?.

¿Qué empresario puede comprar un canal de televisión, quién puede mantener un negocio caro de por sí y con unas plantillas sobredimensionadas? Seguramente en Madrid, estén interesados los amigos de Aguirre como el Presidente de la patronal madrileña, Arturo Fernández, que ya ha comenzado a quedarse con parte del pastel de la educación. Y en Valencia, pues algo parecido. La Asociación valenciana de empresarios (AVE) con Vicente Boluda a la cabeza podría ser otro comprador, cosa que encantaría al PP.

Todo quedaría en familia.

Otra de las propuestas de González Pons iría encaminada a crear una federación de televisiones autonómicas que tuviesen una programación única con desconexiones para los informativos.
Ahorrarían en películas de vaqueros pero los programas de información y opinión seguirían en las mismas manos y con el mismo estilo.

Y en el caso de comprarlas un empresario cercano a la derecha sociológica, ¿qué haría con los asuntos pendientes?

Por ejemplo: Las irregularidades masivas detectadas por la inspección de la visita del Papa a Valencia en julio del 2006. Todos los contratos de Canal 9 para la cita, 14 millones en total, tienen fallos.

La investigación detectó que Francisco Correa (Caso Gurtel) se llevó en comisiones, al menos un millón de euros, por mediar ante el Gobierno valenciano para que la empresa Teconsa, se llevara el principal contrato de esa visita: 7,5 millones de euros para colocar las pantallas de vídeo, sonido y megafonía.

Pero además de solucionar el tema de las autonómicas, el PP va a tener que consensuar en el Congreso el nombramiento del próximo director de RTVE. ¿Seguirá la política del gobierno Zapatero de dar la suficiente autonomía a los directivos y profesionales para hacer una radio y tv pública para todos los españoles o intentarán aplicar las políticas desarrolladas en sus autonomías de referencia?

O quizás opten por Jenaro Castro, editor y ‘mano derecha’ de Urdaci.

Si es así ya podemos comenzar a apagar la televisión. CNN tuvo que cerrar. La 4 fue vendida a Tele 5. Antena 3 está en mano del conservador José Manuel Lara y Tele 5 se dedica a las frivolidades de los amigos de Berlusconi.

Pero mientras deciden si se las quedan y las siguen utilizando como principal elemento de propaganda de sus políticas o se las venden a sus amigos, nos podemos relajar escuchando la canción que el coro de Madres del colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Valencia, del Opus Dei, le cantó a Rajoy en el mitin del domingo pasado en la plaza de toros de esa ciudad.

"Somos madres, mantenemos nuestra casa limpia y pura"

Somos madres, mantenemos nuestra casa limpia y pura, como todos, trabajamos sin desdén, no hay duda alguna, choferesas, enfermeras, cocineras y modistas, pedagogas, cantantes y hasta artistas, cuentacuentos, albañil y economista. Somos madres. Alguna cana en nuestra sien se nos asoma y lloramos cuando hijo ya mayor nos abandona, nos engaña recibir alguna flor y un achuchón, pero más nos gusta un bolso de Vuitton, sin hacer más comentarios. Somos madres, somos madres, somos madres .

Ya se pueden imaginar la cara de Rita Barberá…

Mercè Rivas Torres es periodista y escritora