Mariano Rajoy Brey es ese político que tiende a lavarse siempre las manos y que solo mira en su provecho. Lo peor, sin embargo, es que también la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, no parece dispuesta a asumir sus obligaciones.
Resulta que se han filtrado grabaciones del CNI que apuntan a la vida privada del Rey emérito Juan Carlos I. La citada vicepresidenta no quiere dar explicaciones y debe asimismo garantizar que el CNI no puede ser un servicio de inteligencia chapucero y con grietas.
Todo esto significa que el descontrol del Gobierno del Partido Popular, y los servicios secretos, son algo más que una evidencia peligrosa, se miren como se miren Don Mariano y doña Soraya.