La forma como se está abordando la triple crisis sanitaria, social y económica derivada de la expansion de la Covid – 19 nos está dejando un reguero de desafíos éticos, vinculados a nuestras libertades, nuestra relación con la tecnología o el trato que ofrecemos a nuestros mayores, por ejemplo. Le pedimos a Fernando Broncano que analice algunos. Broncano es catedrático de Filosofía de la Ciencia en la Universidad Carlos III de Madrid. Es autor de Saber en condiciones (2003, Antonio Machado), Entre ingenieros y ciudadanos (2006, Montesinos); La melancolía del ciborg (2009, Herder), Sujetos en la niebla (2013, Herder) o Cultura es nombre de derrota (2018, Delirio), por mencionar solo algunos títulos de su extensa carrera.

DESAFÍO 4: En una sociedad donde la imagen, audiovisual y fotográfica, tiene tanta presencia, estamos enterándonos del horror que ocurre confinados en casa, sin contacto con el exterior más que por la televisión o el móvil, en las mismas pantallas que la ficción. ¿Puede hacer todo esto que nos distanciemos de la situación y la infravaloremos?

Fernando Broncano: Bueno, eso fue más o menos lo que describió Baudrillard como rasgo central de nuestra cultura. Una especie de cultura a distancia de la realidad, vivida a través de la mediación de las (ahora) mil pantallas que nos rodean. Lo que está ocurriendo ahora creo que es nuevo. No tiene ya mucho sentido la idea de la diferencia entre la presencia física y la realidad virtual. Se ha entremezclado todo. La muerte por los pasillos no es ya un espectáculo como la guerra de Irak en la primera guerra del Golfo: es algo nuevo, en donde la distancia y la presencia se entremezclan. Más que la idea de espectáculo hay que pensar en la de teletrabajo como forma cultural y económica que ha llegado para quedarse y que va a redefinir las empresas del futuro. Aún no sabemos cómo, pero no creo que la etapa de confinamiento desaparezca cuando lo haga el virus, probablemente dará paso a nuevas formas de organización de la vida y el trabajo (también de la explotación).

Y así, para analizar una situación tan grave y desconcertante, se está generando una pugna en el ámbito institucional, en los medios comunicación y en las redes sociales por imponer un relato o narrativa sobre ella. Y todo, con la contaminación de las fake news, que ya comienzan a ser un problema de higiene pública. ¿Cómo puede afectar todo esto a nuestra relación con la información y la percepción de los hechos?

Fernando Broncano: El asunto ha cobrado una dimensión tan espeluznante que incluso el rey de la posverdad y las fake, Trump (o sus imitadores Boris Johnson y Bolsonaro) han quedado desbordados por la invasión de la realidad en sus propios autoengaños. El control de la información, tal como lo hemos vivido, ha quedado pequeño ante las dimensiones socioeconómicas de la pandemia. El mundo ha entrado en una fase histórica en donde no se trata ya de quién se queda con el relato sino de quién será capaz de hacer un relato medianamente consistente de lo que ocurre. El cerebro humano y los cerebros colectivos que constituyen nuestras sociedades están preparados para convertir en experiencia hechos de dimensiones manejables cognitiva y emocionalmente. Más allá, los relatos se vuelven nebulosos. Walter Benjamin ya lo describió en sus dos textos de El narrador y La pobreza de la experiencia, pensando en la catástrofe histórica que supuso la Primera Guerra Mundial. De hecho, ha sido una guerra que ha quedado sin relato cuando fue el inicio de otros procesos de dimensiones telúricas como la Revolución Rusa, la Segunda Guerra Mundial, y la descolonización del mundo. Ahora estamos en una situación similar. En el ojo del huracán hay una cierta paz que impide entender lo que ocurre, aunque sabemos que es algo de descomunal significación en la historia.