Entre sus similitudes con el hombre también figura el sentido del ritmo. Se intuía, y un estudio dirigido por los investigadores Yuko Hattori y Masaki Tomonaga, y publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), lo confirma: un grupo de chimpancés que escuchó música de piano marcó el ritmo con movimientos del cuerpo, con las palmas de las manos y los pies. Los machos fueron más propensos que las hembras a animarse a cantar.

En sus investigaciones, los científicos en Kyoto expusieron a siete chimpancés a seis sesiones de música de piano de dos minutos cada una, con diferentes ritmos, durante seis días. En respuesta a los estímulos auditivos, los chimpancés a menudo movieron el cuerpo de manera rítmica, y a veces incluso marcaron el ritmo con las palmas o con las plantas de sus pies sobre el suelo. Otro experimento se centró en el animal que había mostrado más respuesta a los estímulos auditivos, y este chimpancé se expuso a cuatro sesiones de sonido, de dos minutos cada una, durante 24 días. Tanto los ritmos al azar como los regulares provocaron movimientos de cuerpo en el chimpancé.

El estudio señala, pues, una raíz común en la danza en los ancestros de chimpancés y humanos. Los investigadores japoneses identifican la danza como una respuesta, una habilidad rítmica de los humanos puede haber favorecido la evolución para la coordinación entre varios individuos. En el caso de los chimpancés, "las comprobaciones de que los machos dan una respuesta más prolongada al sonido que las hembras coincidió con estudios anteriores acerca de 'danzas de la lluvia' en la jungla, durante las que los chimpancés hacen movimientos rítmicos cuando escuchan el sonido del comienzo de la lluvia" indica el mencionado artículo.