El instituto #SaludsinBulos ha advertido del riesgo para la salud de los “retiros navideños” basados en pseudoterapias, y cuyo “verdadero objetivo es el lucro económico y crear una relación de dependencia permanente”, según se desprende del informe ‘Navidades sin pseudoterapias’.

#SaludsinBulos ha elaborado este trabajo con la colaboración del psicólogo Carlos Sanz Andrea y el investigador de sectas, Luis Santamaría del Río. El informe advierte de que detrás de muchas de estas actividades se esconden pseudoterapias como “la bioneuroemoción, las constelaciones familiares o terapias holísticas sin ninguna evidencia”, que “buscan el lucro económico y crear una dependencia permanente del sujeto captado con el ‘gurú’”. Afirma que mantienen “objetivos abstractos y grandilocuentes”, y afirman tener una “autoridad impostada”, aunque sea falsa.

Son retiros que “prometen sanar emociones negativas y mejorar la salud física y espiritual de las personas a través de rituales y canalizaciones pero, en realidad, esconden peligrosas pseudoterapias. Estas actividades en parajes naturales de nuestra geografía abundan en las actuales Navidades y se anuncian en redes sociales”.

El estudio afirma que estos retiros proliferan con el pretexto del “espíritu navideño”, y se dotan de rituales. “Pueden parecer inocuos pero no dejan de ser instrumentos de un pensamiento mágico que aliena a las personas y llena los bolsillos de quienes plantean estos rituales”, ha asegurado a Europa Press Luis Santamaría del Río, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES).

Además, las canalizaciones también son elementos muy comunes en el universo ‘New Age’ u holístico, según expone el documento. “A menudo, estos "canalizadores" acaban generando relaciones de dependencia hacia sus adeptos, ya que éstos aceptan cualquier cosa que digan o hagan por su supuesta autoridad sobrenatural y, con ello, es el germen para muy diversos tipos de abusos”.

Una chantaje habitual en estos retiros es apelar a la pertenencia al grupo. “Utilizan un lenguaje idiosincrásico y especial, portan símbolos comunes, dan un acceso cerrado en sentido piramidal a unos elegidos y atribuyen al grupo un sinfín de cualidades positivas y encomiables mientras se condena a toda persona o grupo externo como ignorante, aborregada, dormida o satánica. Su finalidad es lograr que los miembros del grupo encuentren una razón para sentirse superiores y especiales por su pertenencia al grupo”, concluye el psicólogo Carlos Sanz Andrea.