Una de las formas más comunes y generalizadas de discriminación de género que experimentan diariamente niñas y mujeres en todo el mundo es su acceso inadecuado a un baño privado, según un nuevo documento de investigadores de la Escuela de Salud Pública Columbia Mailman  en colaboración con el Comité Internacional para los Refugiados. Esto no solo es un problema de comodidad e higiene, sino que por desgracia representa un peligro constante y real para su integridad por la falta de seguridad que conlleva.

Las niñas y las mujeres tienen necesidades sanitarias únicas en comparación con los hombres. Aproximadamente una cuarta parte de todas las mujeres adultas del mundo están menstruando en un momento dado.

Encontrar lugares seguros y privados para la gestión de la higiene menstrual suele ser un desafío, especialmente en barrios marginales urbanos y campamentos de desplazados.

El acceso restringido a un baño adecuado con puertas y cerraduras y contenedores de basura para la eliminación de los desechos menstruales a menudo resulta en estrés, vergüenza, malestar físico y violencia de género, señaló Maggie Schmitt, MPH, coautora y directora de proyectos en Sociomedical Sciences.

Sin un baño no hay vida normal

La ansiedad al encontrar un baño fuera del hogar también puede provocar que las niñas y mujeres se abstengan de realizar actividades cotidianas, como asistir a la escuela, visitar el mercado o tomar largas colas para el suministro diario de agua de su familia. El deficiente acceso a los baños en contextos laborales puede afectar su productividad, bienestar y asistencia, especialmente durante la menstruación, señaló Sommer, quien también dirige GATE (el Programa de Género, Transiciones al Adolescente y Medio Ambiente) en Columbia Mailman School. .
La integración de la provisión de retretes amigables para las mujeres tendría implicaciones significativas para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas en torno a la salud, la educación, el saneamiento, el empoderamiento económico y el género, según los investigadores.

Instalar inodoros en la Amazonía peruana y que cambie su vida

Era paradójico pensar que en un lugar donde el agua no solo no falta sino que a veces hasta sobra con los desbordamientos del Amazonas, las mujeres y niñas no dispusieran de unas letrinas y un sistema de saneamiento. Sin embargo así es en muchos poblados del Perú. Para solucionarlo, Fundación Aquae y UNICEF desarrollan un proyecto común, junto con el gobierno de Perú, para hacer accesible el agua segura y saneamiento en la Amazonía peruana. Una iniciativa que ya ha contribuido a mejorar considerablemente las condiciones de vida de 5.000 familias de 15 comunidades rurales de las regiones de Ucayali, Amazonas y Loreto.

Se han construido letrinas ecológicas, ubicadas algunas en las escuelas, se han impartido cursos de formación en hábitos de higiene, se han instalado nuevos sistemas de potabilización del agua y también se han creado sistemas de recogida de agua de lluvia, mejorando así la gestión de aguas residuales. Este vídeo muestra los logros alcanzados por el proyecto en sus dos primeros años de andadura.

Las acciones se están llevando a cabo sobre el terreno en colaboración con la ONG Arkana Internacional y las autoridades locales. Puedes leer aquí información detallada del proyecto.