El modelo económico en el que se ha basado la economía mundial en el último siglo es el de 'produce, consume, tira', es decir: los recursos tienen una vida limitada como tal y, tarde o temprano, serán desechados. No obstante, una nueva visión surgida de la ecología está animando a pequeñas y grandes empresas a virar este modelo económico a lo que se conoce como economía circular.

El principio de la economía circular es muy sencillo: con la intención de maximizar los recursos y materias primas, se reduce al mínimo indispensable la generación de residuos, insistiendo en reintroducir estos recursos en el proceso productivo, los que les da una vida activa mucho más larga y aumenta la competitividad de las empresas. En otras palabras, se trata de una estrategia que en los hogares llevan haciendo durante generación: no se tira nada que aún pueda utilizarse

Pero la economía circular tiene beneficios más allá del mundo empresarial. Este cambio de mentalidad significa un esfuerzo consciente por apreciar los recursos naturales del planeta como lo que son: algo que puede acabarse y que está siendo afectada por el cambio climático. Adquirir consciencia de que los recursos naturales y las materias primas han de ser preservados y tratados con inteligencia, sin malgastarlos y aprovechando todas sus características antes de tirarlos sin más, implica explícitamente un virage de la economía mundial hacia propuestas sostenibles y ecológicas. 

Uno de esos recursos que puede ser reutilizado fácilmente es el agua. Aunque se trata de una materia prima que damos por supuesta, la realidad nos cuenta que, probablemente, nos enfrentaremos en un futuro no muy lejano a crisis de agua importantes. Por ello, aprender a optimizar su uso es esencial para garantizar la supervivencia de las empresas involucradas, pudiendo crear un plan mucho más competitivo gracias a la economía circular. 

Es por eso que desde las universidad empiezan a cuestionarse cuáles son las mejores soluciones para este problema.

Son muchos los doctorandos y estudiantes de máster y grados que dedican sus trabajos finales a buscar soluciones desde la lógica de la economía circular. Organizaciones como la Fundación Aquae llevan a cabo cada año un certamen en el que se premian a los mejores trabajos en esta materia, en colaboración con la UNED.

La Cátedra Aquae promueve la investigación sobre la gestión sostenible del agua mediante artículos, proyectos de investigación nacionales e internacionales, congresos, jornadas, seminarios y con premios en metálico. 

Esta quinta edición no solo se ha centrado en la economía circular, sino que también han recibido propuestas para su reutilización, su cuantificación o sobre las políticas que fomentan este sistema económico. Además, también han tenido sitio en las investigaciones temas como la gobernanza del agua y el agua y el cambio climático.

Apuestas como las de la Fundación Aquae ayudan a hacer palpable un futuro cada vez más sostenible y con un ojo puesto en las infinitas posibilidades que ofrece la innovación surgida de talento universitario y del mundo empresarial.