Pocas naciones más pragmáticas sobre la faz de la Tierra que los norteamericanos. Parece que muchos ya dan por perdida la batalla, sabrán por qué, y se han puesto manos a la obra para controlar y minimizar los efectos del cambios climático. 

Al menos uno que está cantado y que está empezando a tener graves consecuencias. El alza del nivel de mar provocado por el deshielo polar está produciendo inundaciones más frecuentes y más violentas en los últimos años. 

Como no parece que la cosa vaya a ir a mejor, los ingenieros norteamericanos se han puesto manos a la obra. Han diseñado, mira, ahora sí, un sistema sostenible para evitar los efectos del agua desbocada. Se trata de crear una línea de parques fluviales a los largo de las costas que seas susceptibles de verse anegadas. 

A la holandesa

Estos parques contarían con una estructura de terrazas, que ya se ha demostrado eficaz para contener y controlar el agua desde el inicio de la civilización, más o menos. De esta manera, el agua subiría más lentamente y los jardines absorberían parte del líquido evitando que avanzara más. 

Son la alternativa que se está estudiando a los diques de toda la vida que ya se han demostrado ineficaces e inseguros. Los ingenieros están analizando con detenimiento la forma en la que los holandeses llevan generaciones lidiando con ese mismo problema. Prefieren abrir las costas para que el agua se expanda, en lugar de frenarlo en puntos concretos. 

Boston es una de las ciudad que parece querer apostar por una solución de este tipo. Pero una vez más, el problema es la financiación. Los al menos 11.000 millones de dólares que serían necesarios para acometer una infraestructura de este tipo.