La Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN, por sus siglas en inglés) ha publicado su Informe sobre Desarrollo Sostenible 2021, elaborado junto con la fundación Bertelsmann Stiftung, y posiciona a España en el puesto 20 de un total de 193 países en baremos de desarrollo sostenible, tomando como referencia la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por los Estados miembros de las Naciones Unidas en 2015. Significa un avance de varios puestos desde el informe anterior, que se publicó en 2018, y ubica a nuestro país en este ranking, que encabezan tres países nórdicos -Finlandia, Suecia y Dinamarca-, por delante de otros países europeos como Portugal, Italia o Hungría, aunque detrás de Francia, Croacia o Reino Unido.

En el Índice ODS, España consigue sus mejores resultados en relación con el ODS 1 (Pobreza cero), el ODS 3 (Salud y bienestar), ODS 4 (Educación de calidad) y ODS 7 (Energía asequible y no contaminante). En otros objetivos, retos como la prevalencia de la obesidad, los desajustes en la alimentación y las emisiones de CO2 siguen vigentes en nuestro país. Sin embargo, el número de indicadores en estado crítico se reduce de forma considerable de 7 en 2019 a 3 en 2021. 

En estudio no solo se incluye un ranking, titulado “Índice ODS”, que califica los avances realizados por todos los países en sus logros en Objetivos de Desarrollo Sostenible: por cuarto año consecutivo, se incluye un ranking de efectos negativos internacionales (spillovers) que mide los efectos secundarios de unos países sobre otros. Y así, se destacan varios hitos: por primera vez desde la adopción de la Agenda 2030, los avances en los ODS se paralizan como consecuencia de la crisis global derivada de la pandemia. Por otro lado, se revela la necesidad de que los de renta baja tengan mayores facilidades fiscales para llevar a cabo acciones de recuperación. Por otro lado, la pandemia refuerza la Agenda 2030 como guía de consenso internacional para una recuperación inclusiva y sostenible global. Y la “Década de Acción” (periodo de 10 años para llegar al plazo de consecución de los ODS) requiere de un sistema multilateral fuerte, por lo que se deben afrontar los efectos negativos (spillovers) internacionales, como las cadenas de suministro insostenibles o las emisiones de gases derivados de las importaciones.