El periódico The Guardian lanza hoy un inquietante mensaje en su portada: el número de insectos se está desplomando, y eso es letal para la naturaleza. La afirmación se basa en el trabajo del científico Brad Lister, que ha regresado a estudiar la selva tropical de Luquillo, en Puerto Rico, después de 35 años de haber estado allí, y ha detectado que el 98 por ciento de los insectos terrestres ha desaparecido.

Y así se desata la cadena del horror, a través de la cadena alimenticia: sin insectos de los que alimentarse, la población de aves también se ha diezmado. The Guardian aporta también datos sobre el número de insectos voladores en las reservas naturales de Alemania, que se ha desplomado, señala, en un 75% en solo 25 años. También se atribuye a la escasez de insectos la deserción de aves en los bosques australianos. Y Lister y su equipo apuntan a otra reducción de insectos en el bosque seco de México, de un 80 por ciento desde la década de los ochenta. En las selvas de Puerto Rico, además, se echan en falta ranas, también insectívoras, y que habrían disminuido su población a la mitad desde la última visita de Lister.

Entre las causas que se barajan para esta dramática reducción de insectos está el cambio climático y sus subidas de temperaturas, la destrucción del hábitat y el uso de pesticidas, aunque no serían suficientes para un declive de esta magnitud. Lister aboga por recolectar más datos.