Murray Bookchin fue uno de los teóricos estadounidenses más importantes del siglo XX. Se lo conoce como pionero y promotor de la ecología social, que sostiene que "la noción misma de la dominación de la naturaleza por parte del hombre se deriva de la dominación muy real del ser humano por el ser humano". En otras palabras, la única manera de resolver la crisis ecológica es creando una sociedad libre y democrática.

La Ecología de la Libertad es una de las obras clásicas de Bookchin, y ahora la edita, en español, Capitán Swing. En ella, el autor no sólo esboza la ecología social, sino que expone la jerarquía, “los sistemas culturales, tradicionales y psicológicos de obediencia y mando”, desde su surgimiento en el patriarcado pre-'civilizado' al capitalismo hoy. El libro explica que la jerarquía es un fenómeno exclusivamente humano, que solo ha existido durante un período de tiempo relativamente corto en los dos millones de años de historia de la humanidad. Por eso, y también porque encuentra ejemplos de personas resistiendo y derribando jerarquías desde su surgimiento, Bookchin cree que podemos crear un mundo basado en la igualdad social, la democracia directa y la sostenibilidad ecológica.

Al discutir formas de vida más saludables que las que habitamos actualmente, Bookchin hace una distinción entre "sociedades orgánicas", que eran comunidades humanas de cazadores-recolectores prealfabetizados que existían antes de que la jerarquía tomara el control, y la "sociedad ecológica", que él espera que creemos. De la 'sociedad orgánica' dice: "Uso el término para denotar una sociedad igualitaria, no coercitiva y formada espontáneamente, una sociedad 'natural' en el sentido muy definido de que surge de las necesidades humanas innatas de asociación, interdependencia y cuidado". De aquí, explica, es de donde venimos. No una utopía libre de problemas, sino una sociedad real basada en el principio de “unidad de la diversidad”, es decir, respeto por cada miembro de la comunidad, independientemente de su sexo, edad, etc., un arreglo libre de dominación. También caracteriza a las sociedades orgánicas precivilizadas como “parte del equilibrio de la naturaleza – una comunidad forestal o una comunidad del suelo – en resumen, una comunidad verdaderamente ecológica o ecocomunidad peculiar a su ecosistema, con un sentido activo de participación en el medio ambiente general y los ciclos de la naturaleza”.