La sustitución del 20 por ciento del consumo de carne de vacuno y de cordero por proteínas sustitutivas, que reproduzcan la textura de la carne, podría reducir a la mitad las emisiones de CO2 antes de 2050, y la deforestación que provoca la ganadería.

Así lo afirma un estudio realizado por investigadores del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK), y que ha publicado este miércoles la revista Nature. Según las proyecciones de crecimiento poblacional y de demanda alimentaria, reemplazar la mitad del consumo de carne roja por las llamadas proteínas denominadas microbianas, cultivadas en recipientes de acero inoxidable, reduciría en más de 80% la pérdida de árboles y la contaminación por CO2.

Investigadores en Alemania y Suecia han utilizado modelos informáticos para determinar los efectos de producir carne mediante fermentación microbiana en el contexto del sistema alimentario mundial desde ahora hasta 2050, cuando se espera que la población humana alcance los 10.000 millones. PIK ha descubierto que reemplazar el 20 por ciento de la carne de res producida tradicionalmente con carne a base de hongos producida mediante fermentación microbiana da como resultado una producción del 50 por ciento en la deforestación para 2050, junto con otras mejoras ambientales.

Sustitutos biotecnológicos de la carne

El sistema alimentario mundial produce un tercio de las emisiones de gas con efecto invernadero, y la producción de carne vacuna es la principal responsable del sector agrícola. La industria bovina afecta, por un lado, llevando a la destrucción de los bosques tropicales (que capturan el C02), para dar espacio a pastizales y cultivos (soja, maíz) destinados a alimentar al ganado. Por otro, los rumiantes, principalmente por su meteorismo intestinal, son una fuente mayor de metano, gas de efecto invernadero 30 veces más poderoso que el CO2.

Producir carne de manera biotecnológica implica que los microbios tomen el lugar de las vacas en la producción de proteínas. Se alimentan con azúcares y producen proteínas en cultivos similares a la forma en que se elaboran la cerveza y el pan, y la carne resultante es mucho más respetuosa con el medio ambiente dado el ahorro en recursos como la tierra y el agua, que se utilizan tanto para cultivar piensos para rumiantes como para alimentar y regarlas directamente.