El anuncio del expresidente de la Comunitat Valenciana, Francisco Camps, de presentarse a la presidencia del Partido Popular de la Comunitat Valenciana (PPCV) tiene un trasfondo de vendetta personal imposible de soslayar. Para él, lograr el mando del partido en la Comunitat no solo sería cumplir el sueño personal de volver por la puerta grande, sino que le daría la posibiidad de destronar a Mazón y llevar a cabo su venganza personal contra aquellos que no solo no le apoyaron sino que, según él, le hundieron en los tiempos más duros.

Camps no perdona, pero mucho menos olvida a los que según él le hicieron la cama durante todos estos años en los que ha estado imputado. Tampoco perdona, por más que en su discurso hable constantemente de lealtad al partido, a Alberto Núñez Feijóo, a quien le dejó un recadito nada velado en el acto donde anunció su intención de presentarse a líder de los populares valencianos.

De Feijóo dijo, en referencia al Congreso Nacional del PP celebrado el pasado fin de semana, que “dijese que allí estaba todo el partido y toda la gente que había construido el partido" cuando “otros que también construimos el partido no estábamos allí" pues que no era verdad. En la mente de Camps, él es más PP que Fraga y la Gaviota juntos, si eso es posible.

A los enemigos ni olvido, ni perdón

Pero si hay alguien a quien Francisco Camps le tiene inquina, y a quien le encantaría tener la presidencia del PPCV para poder hacerle la vida imposible es a María José Catalá, actual alcaldesa del PPCV en Valencia, así como al máximo valedor de ésta, el eurodiputado Esteban González Pons. Lo de Camps con estos dos es odio visceral del bueno, del añejo, de ese que hace que te salgan úlceras.

Francisco Camps tiene una lista mental, a lo Arya Stark en Juego de Tronos, donde en lugar de Cercei o la Montaña están Catalá y González Pons. El Partido Popular tiene un melón de proporciones bíblicas con este asunto, pues al marronazo de encontrar la salida del actual presidente de la Generalitat Carlos Mazón, quien se agarra al cargo como si le fuera la vida en ello, se le ha sumado ahora la llegada del special guest star Paco Camps a la fiesta.

El expresidente quiere que se convoque el congreso regional para poder tener su particular batalla de los bastardos con Mazón, pero desde Génova 13 miran a Valencia y dicen que de congreso nada. Y es que oye, para eso son un partido vertical y aquí se hace lo que dice el líder Tellado, uy perdón, Feijóo.

Tellado decía este jueves que no hay fecha para el congreso, y ya les digo yo que como no cambien las cosas, no la va a haber. Que son muy capaces de que llegue finales de 2026 y, vía dedazo, decretar quién será el sustituto de Mazón porque lo que no van a consentir, ni de coña, es que todos los medios de comunicación de este país sean testigos de lo que es un secreto a voces: que la Comunitat Valenciana es un problema real que está reventando al gallego, quien es plenamente consciente de que si quiere llegar a la Moncloa, debe ganar en Valencia sí o sí.

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