Una de las principales causas de contaminación del aire en las ciudades es la calefacción de nuestros hogares. Y ya se queme gas o petróleo, estas fuentes de combustión residencial (CR) constituyen, además, una de las principales causas de mala salud. Por ejemplo, un nuevo estudio, de la Universidad de Boston afirma que esta causa acaba con la vida de 10.000 residentes de Estados Unidos cada año.

Las emisiones de CO2 generadas por el uso de la calefacción y el agua caliente en una vivienda de 100 m2 en la que viven cuatro personas se aproxima a las dos toneladas anuales. Para reducir el impacto, podría bastar con reducir los grados a los que tenemos el termostato, buscar un buen aislamiento en las paredes, puertas y ventanas, y sustituir las calderas más antiguas y contaminantes por otras más nuevas. Además, descartando sistemas como las placas solares, la caldera de gas natural es el combustible fósil más ecológico a la vista de las emisiones que emite.