Nuestra intervención en la naturaleza abre cada día nuevos frentes. Muchos tiempo después de que hayamos desaparecido, cualquier civilización extraterrestre que llegue a la Tierra verá nuestros vestigios en los lugares más insospechados. Y el plástico en los océanos será uno de los más evidentes.

Tanto plástico hay en los mares que este trata de devolverlos de las formas más increíbles. Como ahora pone de manifiesto una larga investigación del Centro de Ciencias Marinas y Medioambientales de Portugal.

Desde hacía algún tiempo venían observando una extraña forma de erosión en las rocas costeras de la isla de Madeira. Una rara adhesión azulada esta apareciendo en la superficie de las piedras más rugosas y expuestas al batir del mar.   

Efecto del calor

Un análisis sencillo arrojó el motivo. En estas rocas habían aparecido pequeñas agrupaciones de plástico. El mar, con el ir y el venir, estaba dejando microplásticos sobre las rocas que, al acumularse, han creado estas formaciones. 

Plasticrusts lo han bautizado, algo así como “pegotes de plástico”. Básicamente lo que son. Según los científicos se producen en las rocas con una superficie más porosa y rugosa. Un factor que ayuda a que se formen estos pegotes son las temperaturas que alcanzan estas piedras. Pueden calentarse mucho por efecto de la insolación, lo que contribuye a que el plástico presente en el oleaje se adhiera a su superficie. 

Los investigadores quieren llamar la atención sobre la gravedad de su hallazgo. No tanto para las propias rocas. Quieren trasladar que, para que un fenómeno así se produzca, tiene que existir una importante cantidad de plástico microscópico en el agua, lo que sin duda influye en la alimentación de los animales marinos y en la cadena trófica.