La noche del 3 al 4 de enero de 2022 será el mejor momento para poder observar las Cuadrántidas, una de las lluvias de meteoros más intensas del año, y la ausencia de Luna permitirá ver incluso los más débiles.

El máximo de meteoros se espera a las 20.40 UTC del 3 de enero, así que en Europa la noche de ese día será el mejor momento para su observación, aunque será preciso esperar hasta la madrugada del 4 de enero, momento en que la constelación del Boyero se encontrará alta en el cielo. Cada cuatro minutos se podrá ver de media un meteoro, algunos de ellos muy brillantes si nos encontramos en un lugar sin contaminación lumínica y con horizontes despejados.

Recomendaciones para ver las Cuadrántidas

Se recomienda buscar un sitio a las afueras de las grandes ciudades, con condiciones óptimas de oscuridad. Preferiblemente un espacio abierto para tener el panorama despejado de obstáculos visuales que impidan el seguimiento de las estrellas. No es aconsejable utilizar pantallas de luz artificial durante al menos 30 minutos antes de observar el evento astronómico porque nos impide acostumbrarnos a la oscuridad y bloquea la capacidad de ver bajo condiciones de poca luz. 

No será posible ver las Cuadrántidas desde el hemisferio Sur debido a que el punto del cielo donde parecen nacer los meteoros está localizado cerca de la Osa Mayor, concretamente en la constelación del Boyero, que ocupa parte de la desaparecida Quadrans Muralis. De ahí el nombre de este hermoso fenómeno.

Partículas de polvo menores que granos de arena

Las conocidas como estrellas fugaces son pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que van dejando los cometas a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol. La corriente de partículas resultante (llamados meteoroides), debido al deshielo producido por el calor solar, se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por La Tierra en su órbita alrededor del Sol.

Durante este encuentro, las partículas de polvo se desintegran al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros. Esto es cierto para la mayoría de lluvias pero no para las Cuadrántidas y las Gemínidas. Y es que no existe ningún cometa que coincida con la trayectoria de la nube de "escombros".  Los progenitores de estas lluvias de meteoros son asteroides, 3200 Phaeton en el caso de las Gemínidas y 2003 EH para las Cuadrántidas, según informa el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).