Normalmente en el mundo de la ciencia, comprobar una teoría supone la apertura de nuevas incógnitas. Por ejemplo, una vez que se acepta que los dinosaurios desaparecieron debido a la caída de un enorme asteroide hace 66 millones de años, se abre la pregunta de, ¿cómo sobrevivieron y por qué las especies que lo consiguieron?

Restos del Cretácico

Un estudio revela algunas claves de este proceso a partir del análisis de los restos fósiles de los tiburones del Cretácico. Cómo unas especies declinaron rápidamente y su nicho ecológico fue ocupado por otras familias de escualos de distinto tipo.

En concreto, el estudio realizado por la universidad sueca de Uppsala ha descubierto que antes del gran cataclismo, los océanos estaban dominados por los grandes tiburones de la familia de los lamniformes. Para hacernos una idea, un descendiente de aquellos animales son los grandes tiburones blancos de la actualidad.

El tamaño sí importa

Pero inmediatamente después de la caída de la roca espacial, el orden se altera. En el sustrato se encuentran gran cantidad de dientes de los lamniformes. En estratos superiores comienza a decaer. Y su lugar es ocupado por otro tipo de tiburón: los carcarriniformes. 
Estos tiburones, más pequeños, prosperaron extraordinariamente en unos pocos miles de años. Los científicos sospechan que la caída de sus parientes de mayor tamaño, les dejó una enorme autopista ecológica que fue ocupada por ellos.

El tamaño parece estar detrás den estos cambios. Los grandes tiburones tenían una dieta variada pero sobre todo basa en animales grandes, como reptiles y cefalópodos y peces de buen tamaño: Estos animales fueron también víctimas de la desaparición repentina de fuente de alimentación. En su lugar surgieron peces mucho más pequeños, que precisaban de menor aporte nutricional para vivir. Y que fueron la base de la expansión de un nuevo tipo de tiburón más pequeño.