Hay animales que pagan muy caro su belleza. O ser fieros e inspirarnos terror. Y fascinación la mismo tiempo. Porque realmente es eso lo que les cuesta la vida. Nuestras emociones y curiosidad. El caso del tiburón blanco es uno de ellos.

Un tiburón blanco en cada acuario

No hay oceanográfico que se precie que no tenga un tiburón blanco en sus piscinas. Y si lo tienen es porque miles de nosotros estamos dispuestos a hacer cola con nuestros hijos para verlos. Pero como dicen los especialistas, “cuando un tiburón blanco se encierra en una piscina, empieza a morir”. Simplemente unos aguantan más que otros. A principios de la fiebre de los zoológicos marinos, en los ochenta, los tiburones blancos capturados vivían muy poco tiempo. Un mes a lo sumo. El problema empezaba desde el mismo momento de su captura. Los tiburones respiran haciendo pasar agua por su boca hacia sus branquias. Pero no abren y cierran la boca como hacen otros peces, el caso de la morena. Ellos necesitan estar en perpetuo movimiento para que el flujo sea posible. Si son capturados y se detiene ese flujo, mueren a los pocos minutos. Es el motivo por el que los tiburones mueren inmediatamente cuando son capturados por accidente en redes de pesca.

Cuanto más pequeño mejor

Por eso se adoptó una decisión. Capturar tiburones de menos tamaño. Así podían ser encerrados en cajas provistas de una hélice que genera una corriente de agua. Si un tiburón blanco puede llegar a medir cinco metros, los que se capturan sobrepasan por poco el metro de longitud. Esto presenta otra ventaja. Los acuarios necesarios para mantenerlos y que el animal pueda moverse los suficiente son mucho más pequeños. Relativamente, claro, porque estamos hablando de piscinas de más de 100 millones de litros con al menos 10 metros de alto. Además, los ejemplares de esta edad comen otros peces. Según van ganando en tamaño se decantan por otras piezas como mamíferos marinos. Y en un acuario es más sencillo y menos controvertido darles de comer peces que focas.

Un adulto murió a los tres días

Aún así, hay quien todavía se empeña en exhibir tiburones blancos adultos. El pasado año, el acuario de Okinawa anunció con gran publicidad la adquisición de un ejemplar de 3,5 metros. El animal murió a los tres días. Qué sucede cuando los tiburones blancos crecen. Pues en teoría se asegura que serán devueltos al mar. Lo cuál es un razonamiento hipócrita. No solo porque técnicamente es imposible. Sobre todo, porque ninguno llegará a la edad adulta en cautividad.