Uno de los últimos comensales que ha acudido a First Dates, posicionado programa de Cuatro, no ha salido como le habría gustado del restaurante de Carlos Sobera. Se trata de Israel, un catalán que se autodefinió votante de Vox y que acudió al local en busca de su “princesita”.

"Mi mujer ideal es esa que no es la típica espabilada. Que no sea una maleducada, que puedas salir con ella y no te dé vergüenza. Ante todo, modales", decía en un principio. Finalmente terminó desencantando a su cita.

En el momento de presentarse al conductor del programa, sentenció que él se define como “animalista”, aunque vota a la formación ultra. “Antes votaba a Pacma, ahora voto a Vox. Lo único malo de Vox es lo de los toros. No me gusta que torturen a los toros", reconocía. “Las corridas en la cama, los toros en el monte”, bromeó de nuevo.

No mejoró a la hora de decir cómo le gustan las chicas: “Que se cuiden. Yo siempre tengo una norma, que es que su talla corresponda a su peso. Por ejemplo, si una chica mide 1,65, su peso estaría entre los 55 y 60 kilos. A mí me gustan las chicas guapas”. Sobera no dejó pasar la oportunidad de soltar una pulla al invitado: “¿Tú vas con una báscula por la calle?”.

Quedó impresionado con Esther, su cita. Sin embargo, la cosa tampoco empezó bien con ella, máxime cuando esta le preguntó la edad y él respondió: “Cuarenta y pocos”. Y es que tenía 37 años.

En lugar de redimirse, Israel tiró nuevamente de chascarrillo cuando esta le confesó que fumaba. “El tabaco envejece”, dijo entre risas.  "Me ha sentado bastante mal. Es un desgraciado diciendo eso. Él aparenta que tenga 45, mínimo, ¿y a mí me echa 42? Pues lo siento, pero no", sostuvo Esther claramente enfadada.

La situación no mejoró ya en plena cita después de que él confesara que come “arroz, pollo y poco más”. “Es de menú infantil. Come igual que mi hija, la verdad”, respondió Esther, a la que ni los chistes le salvaron la cita. “Es aburridísimo, no sabría dónde meterlo”. A pesar de todo, Israel reconoció que no le importaría tener una segunda cita, pero ella no estaba por la labor.