Lejos de las maneras más modernas de ligar a través de una pantalla como puede ser a través de aplicaciones como Tinder, mediante 'likes' o 'fueguitos' a las stories de Instagram o reacciones a estas, ahora las redes están difundiendo una nueva vía que resultará de mucho agrado a aquellos que son más del flirteo tradicional. Y qué más casual que ligar en los pasillos de un supermercado, como quien no quiere la cosa. 

Un reciente tiktok de una usuaria corriente ha popularizado que Mercadona dispone de una hora propia para ligar. En el vídeo compartido aparece la mujer junto con una amiga explicando esto último. Entre las 19 y las 20 horas de la tarde es el horario en el que podrás encontrar a tu media naranja, sea coincidiendo con los mismos productos en la cesta de la compra, lo que consideran como un 'match' de Tinder, preguntando por algún producto o entablando una conversación espontánea en la cola de las cajas. 

@yosoyvivylin ¿Lo sabíais? 🤣🤣🤣🤣 // Muero con las cosas de mi @Carla Alarcón Román ♬ Quirky Suspenseful Indie-Comedy(1115050) - Kenji Ueda

Y es que este secreto tan bien guardado por la cadena de supermercados ya fue desvelado en su día por una concursante de 'First Dates'. En ese momento, la joven ya señaló que en Mercadona, entre las 19 y las 20, "van a comprar todos los solteros". Además, señaló que reconocía a estos por un curioso detalle: "Sabes que son solteros porque tienen cervezas y patatas en el carro", aunque reconoció el caracter efímero de estas conexiones: "Estas cosas son como flechazos y después no van a ningún sitio". 

Técnica de origen alemán

Sin embargo, pese a que puede parecer una broma, no es la primera vez que este tema sale a la luz y se hace viral. De hecho, en 2021, un supermercado filial de la cadena alemana Edeka ya se dirigió a sus clientes para pedir que todos los solteros fueran a hacer la compra los viernes entre las 18 y las 20 horas. Y es que, además, para facilitar a este grupo que puedan ligar más fácilmente, a las puertas del supermercado se podían colgar del cuello un corazón a modo de distintivo. Pero la estrategia no acaba ahí. En este corazón cada cliente disponía de un código, de manera que los interesados en esa persona anotaban el código señalando que estaba interesado en conocer a esa persona. Entonces, un empleado del supermercado avisaba por megafonía a esa persona y le entregaba los datos del interesado.