Ana Obregón y Alessandro Lequio han pasado uno de los años más difíciles de su vida tras la muerte de su único hijo en común, Álex Lequio, que falleció hace aproximadamente un año a causa de un cáncer. A pesar de estar separado, ambos han mantenido una buena relación y se han demostrado un gran cariño en estos tiempos difíciles, también durante el trance de la enfermedad de Álex Lequio.

En este contexto, la periodista Pilar Eyre ha dedicado su blog en la revista Lecturas para recordar un episodio que vivió junto a la expareja y que le llamó la atención. “En Madrid, a principios de los noventa, todo se celebraba, y Ana Obregón y Alessandro Lequio alquilaron el local de moda, Archy, para inaugurar el gimnasio que habían puesto en la calle Serrano”, ha comenzado relatando.

“Todos nos sentíamos guapos, ricos y famosos. Los que más, la pareja de oro, Ana y Dado. Siempre me acuerdo de ellos dos esa noche como el epítome de la juventud, del glamur, de la alegría de vivir, como símbolo de una época”, ha proseguido, para concluir en este sentido que “los hoyuelos de Ana eran tan encantadores que te daban ganas de abrazarla también”.

Después, Eyre ha comentado la impresión que esa noche le dio Obregón junto a Lequio: “¡Jamás he visto a ninguna mujer tan enamorada! ¡Hasta hablaba con acento italiano! Entonces acababan de tener a su hijo y vivían en la lujosa casa de ella en La Moraleja”. Y ha concluido con la impresión que le dio él: “Lo vi entero y verdadero y entonces comprendí muchas cosas”.