Este miércoles se ha emitido el episodio número diez del documental ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’, en el que Rocío Carrasco se ha abierto como nunca relatando sus vivencias durante su relación con Antonio David Flores. En este capítulo ha hablado sobre su hijo, David Flores, y ha tratado los problemas de salud que sufre.

Es cariñoso, zalamero, muy gracioso y ha sido siempre un niño bondadoso, piadoso. En eso estoy muy orgullosa de él. Sí conseguí instaurar ciertos valores que yo consideraba que si no eran importantes al menos imprescindibles”, ha asegurado.

Después, Carrasco ha decidido entrar a valorar cuestiones sobre la salud de su hijo, aunque ya Antonio David Flores lo había hecho antes y con dinero de por medio. “Cuando David es pequeño, el endocrino de la zarzuela dijo que debía ponerse hormona de crecimiento, estoy contando cosas de la salud del niño porque este ser ha hecho exclusivas hablando de la salud de su hijo, yo estoy entrando en momentos puntuales”, ha comenzado relatando al respecto.

“Sánchez Montejo dice que cree que sería conveniente que el niño tuviera un tratamiento de hormona de crecimiento porque con la talla de la madre y la talla del padre, tendría una talla de 1,70. Yo voy a hablar con él y le digo que no me parece que sea una talla pequeña para un niño. Me dijo ‘Bueno Rocío, pero ya sabes que los niños son muy crueles”, ha proseguido.

Aunque la parte más dura ha llegado cuando ha comentado la presunta artimaña que estaba haciendo el que fue su marido. “Me dijo que había que hacerlo de forma privada. Me explicó que la seguridad social te paga la hormona cuando el niño tiene déficit y lo que le pasaba a David era que no la liberaba. ¿Para qué me pone 1000 y pico euros en hormona de crecimiento? ¿A quién quiere seguir engañando? En ese momento, en el 2016, el niño estaba ya con el padre, hay que partir de esa base”.