El portavoz de Podemos en el Congreso de los Diputados, Pablo Echenique, ha cosechado un éxito notorio en las redes sociales al compartir una reflexión sobre la posición en la que se encuentra el imaginario colectivo en torno a la política. En tiempos donde los populismos de ultraderecha se encuentran en auge y se hacen esfuerzos desde los medios afines por normalizarlos dentro del marco político, cualquier cosa que se aleje de dichos planteamientos es considerada radical o una amenaza para la convivencia. Y eso es justo lo que ha querido expresar Echenique:

 

“¿Cada vez hay más gente llamando "comunismo" a la socialdemocracia clásica y "liberalismo" a la ultraderecha racista, machista, homófoba y violenta de toda la vida o es impresión mía?”, ha tuiteado el portavoz. Se pueden poner cientos de ejemplos que casen perfectamente con las palabras de Echenique, pero el más cercano es el del propio Gobierno de España: un Ejecutivo de corte socialdemócrata y europeísta, que es constantemente señalado de ‘radical’ o ‘socialcomunista’, entre otras lindezas.

A su vez, en relación con la segunda parte de la reflexión de Echenique, encontramos el ejemplo de Vox, un partido que es tratado en numerosas ocasiones como el resto de la derecha, a pesar de contar en su programa y en su acción con postulados homófobos, clasistas y xenófobos, y el caso del Partido Popular, aparentemente más moderado pero que compra, cada vez con más frecuencia y normalidad, los relatos de su vecino de al lado. Así se produce este fenómeno de doble filo: la normalización de la extrema derecha va acompañada de la demonización de las políticas que le hacen frente.

Gracias a esta síntesis, el portavoz parlamentario de Podemos se ha asegurado, en el momento de la publicación de este artículo, más de 6.000 ‘me gusta’ y casi 2.000 retuits, además de un sendo número de respuestas e interacciones.