Corría el verano de 1990, concretamente en agosto, donde la familia real española y la británica pasaron unos días de vacaciones en el Palacio de Marivent, la residencia vacacional habitual de Mallorca. Los periodistas ingleses y españoles casi habían llegado a las manos en esos días, tratando de conseguir la foto más buscada, la de Lady Di disfrutando con sus hijos y ahora, a codazos, trataban de posicionarse para la foto de grupo; los diarios de todo el mundo estaban retrasando su cierre para poder incluirla.

Lady Di, la princesa más querida del mundo

Los reyes de España, junto con su hijo y las infantas, estaban por aquel entonces en la cumbre de su carisma y popularidad. Felipe, imitando en todo a su padre, desde la postura hasta el reloj en la muñeca derecha, mientras que las infantas iban a la moda de la época. Por otro lado, el príncipe Carlos, flemático y ausente; y, sobre todo, la mujer más famosa del mundo: Lady Di, ya tenía la expresión demacrada y triste de la mujer engañada.

Su marido hablaba con Camila todas las mañanas por teléfono, sin que le importara que lo oyera el servicio, y ella se iba al cuarto de baño de su habitación de invitados, hundía la cabeza en la taza del váter y se ponía a vomitar. “Fueron unos días de mierda”, contó luego a personas de su confianza. 

Lady Di dejó caer que Juan Carlos intentó ligar con ella

Distraídamente, el rey sumergió su mano en el pelaje de uno de sus perros, como hacía siempre. Lady Di, también... Se tocaron sus dedos, se miraron a los ojos en uno de esos instantes que se hacen eternos... Después, Lady Di comentó a su guardaespaldas que el rey había intentado ligar con ella, que ella sabía que le gustaba... y que no había querido responder a sus requiebros y proposiciones porque don Juan Carlos no era su tipo.

¡Ay, qué poco entendía la pobre y desgraciada princesa que la coquetería!, incluso con señoras que no eran de su agrado, era algo propio del rey más seductor y mujeriego de Europa. Que en esos días estaba prendado de otra mujer, que no era, por supuesto, la suya.

Después, Lady Di se enamoró de hombres que no le correspondían, como el médico pakistaní que, según dicen, fue el gran amor de su vida, y acabó en los brazos del playboy Dodi Al Fayed. Una relación que los llevaría juntos a la muerte, lo que ha hecho que en el imaginario popular figuren como pareja hasta el final de los tiempos, aunque seguramente, como contaron sus amigas, si hubieran vivido, la cosa no hubiera pasado el estadio de un ‘flirt‘ de verano.

"No quiero acabar como Lady Di"

Ahora, el 31 de agosto, se ha cumplido el 23 aniversario de esa muerte, una de las más mediáticas de todos los tiempos. Pero su espíritu sigue sobrevolando sobre la casa real española.

“¡No quiero acabar como Lady Di, temo morir como ella!”, declaró una aterrorizada Corinna hace poco en Londres. La examiga del rey emérito confesó que alguien le dejó un libro sobre la muerte de Lady Di sobre la mesa en su apartamento en Suiza y, al día siguiente, la llamaron por teléfono y una voz susurrante la amenazó: “Hay muchos túneles entre Mónaco y Niza”, aludiendo al accidente que le costó la vida a Lady Di en el túnel bajo el Puente del Alma, en París.

Las incógnitas sobre la verdadera causa de la muerte de Lady Di siguen en el aire, sin una conclusión concreto, pero Corinna declaró en ese momento que, para aclarar esas amenazas, iba a demandar a los servicios secretos españoles, según ha publicado el blog de 'Lecturas', de Pilar Eyre, aunque de momento no hay constancia de que dicha reclamación se haya producido.

"A ti tienen que tratarte mejor que a Lady Di"

El recuerdo de Lady Di, la Princesa de Gales, se ha convertido en un referente para las familias reales europeas y la cultura pop.

En referencia a la monarquía española, cuentan que el abogado de Letizia Ortiz logró que Felipe, antes de su boda, firmara unos acuerdos en caso de divorcio muy ventajosos para ella, en los que conseguiría desde dos casas, una de invierno y otra de verano, a otras prebendas. 

“A ti tienen que tratarte mejor que a Lady Di”, al parecer le dijeron, aunque lo cierto es que Felipe se adelantó a todo porque, como le dijo a sus padres: “Lo de Letizia y mío es para siempre”

Sin embargo, algunas voces de la extrema derecha del país no veían con buenos ojos a la entonces nueva princesa, contando además con el apoyo de otros monarcas "olvidados" que la pintaban de manipuladora. Como dijo Alfonso XIII en el exilio: “Tan culpables como las izquierdas de mi marcha de España, son esos nobles que han estado conspirando frívolamente contra la monarquía por intrigas cortesanas”. Dicho quedó.